Cada persona guarda en las mejores habitaciones de la memoria sus momentos mágicos con seres queridos. En buena parte de esas añoranzas suelen aparecer los abuelos, como es el caso del protagonista, que comparte con los lectores una jornada dominical en compañía de la anciana, cerca de celebrar su cumpleaños, ("Tengo los mismos años que tú, solo que con un cero más"). El paseo sirve para que el niño descubra aspectos desconocidos de los que ya no están, tradiciones que quedaron varadas en el olvido, dinámicas cotidianas que sembraban de magia el día a día (ya nadie mira en los buzones porque ya no llegan cartas ni postales); un recorrido trufado de bellas descripciones, ("nuestros domingos tienen un sabor a magdalena mojada que se deshace en la boca. Eso es mi abuela para mí"); y enmarcados en un acentuado ambiente otoñal (el que vive la mujer en su etapa final y el que se respira en la ciudad, teñida de tonalidades terrosas, hojas caídas y nueces por abrir. Luciano Lozano, cuya carrera siempre ha estado ligada a poéticos proyectos, aporta una colección de bellas ilustraciones dispuestas a sangre al servicio de los cálidos y dulces recuerdos de Véronique Kirchhoff. Un emotivo homenaje a nuestros mayores, fuente de sabiduría y verdad.
Cada persona guarda en las mejores habitaciones de la memoria sus momentos mágicos con seres queridos. En buena parte de esas añoranzas suelen aparecer los abuelos, como es el caso del protagonista, que comparte con los lectores una jornada dominical en compañía de la anciana, cerca de celebrar su cumpleaños, ("Tengo los mismos años que tú, solo que con un cero más"). El paseo sirve para que el niño descubra aspectos desconocidos de los que ya no están, tradiciones que quedaron... Seguir leyendo
Nuestros DOMINGOS
Me gusta pasar los fines de semana en casa de mi abuela
Los domingos me levanto temprano
y corro a su cuarto para darle un beso enorme.
Más tarde, solemos ir a pasear al parque de al lado.