La cuarta aventura de Miss Cat refuerza las costuras de una serie que ha revolucionado, por sus tramas, humor inteligente e imaginación desbordante, el cómic infantil de los últimos años. Estamos, posiblemente, ante la mejor (y aún más alocada) entrega de la saga. El inclasificable y carismático personaje principal acepta salir de la vieja lechería que sirve como oficina para reunirse en una lujosa mansión, ubicada en la exclusiva urbanización de Elønmüx, con Gladiola Klikenbom. La adinerada faraona expone el grave problema al que se enfrenta: su hija, una virtuosa del violín, "una pequeña Paganini", ha perdido súbitamente el talento y la inspiración. No hay duda de que alguien, no se sabe cómo, se lo ha robado. Al mismo tiempo, en una "metamisión", la chica-gato intenta encontrar el minino de Klorina, la instrumentista que sirve como eje central de la historia. A lo largo de la aventura hay cameos de los personajes habituales de la serie (tenemos especial debilidad por el pulpo Ole y su genial heladería); pistas, viajes en el tiempo y variadas sorpresas que desembocan en un concierto final en el que parecen encajar, armoniosamente, todas las piezas del puzle.

La cuarta aventura de Miss Cat refuerza las costuras de una serie que ha revolucionado, por sus tramas, humor inteligente e imaginación desbordante, el cómic infantil de los últimos años. Estamos, posiblemente, ante la mejor (y aún más alocada) entrega de la saga. El inclasificable y carismático personaje principal acepta salir de la vieja lechería que sirve como oficina para reunirse en una lujosa mansión, ubicada en la exclusiva urbanización de Elønmüx, con Gladiola... Seguir leyendo