Nono ha sufrido un pequeño percance. Se le ha enganchado el dedo justo ahí, en el punto exacto en el que confluyen las dos páginas. Tal y como advierte el narrador, si el incidente se alarga los lectores tendremos que inventar algún juego para que no se aburra y no caiga en la desesperación. ¿Y si tiene hambre? ¿Y si se hace de noche y empiezan a deambular peligrosos animales o a zumbar los mosquitos alrededor? ¿Y si no puede volver al colegio nunca más? ¡Tal vez podría transformarse en adulto mientras espera!. Por si acaso, el conejo que sirve como contrapunto silencioso a la historia aporta algunas ideas y auxilia, a su manera, al protagonista, un niño que, en el fondo, tal vez solo quiera disfrutar del maravilloso poder que nos confiere la imaginación sin límites. Con ingenio y mucho humor, la ilustradora israelí afincada en Francia Inbar Heller Algazi, pone en valor el vigor que la creatividad y fantasía deben tener en la infancia, construyendo una alarmante cronología de suposiciones, dispuestas en escenas a doble página en donde se repiten las tonalidades (con prevalencia del blanco y el amarillo); a partir de una anécdota imposible (un accidente con el hilo que une el cuerpo principal del álbum, editado en pequeño formato).
Nono ha sufrido un pequeño percance. Se le ha enganchado el dedo justo ahí, en el punto exacto en el que confluyen las dos páginas. Tal y como advierte el narrador, si el incidente se alarga los lectores tendremos que inventar algún juego para que no se aburra y no caiga en la desesperación. ¿Y si tiene hambre? ¿Y si se hace de noche y empiezan a deambular peligrosos animales o a zumbar los mosquitos alrededor? ¿Y si no puede volver al colegio nunca más? ¡Tal vez podría transformarse... Seguir leyendo
Y si Nono...
Nono tiene un problema.
Se le ha enganchado el dedo.
Ahí.
Justo ahí.
¡Ostras!
Si sigue atrapado, habrá que encontrar un juego para que no se aburra.