La semana comienza de forma diferente para los hermanos. Tras perder el autobús, bien temprano, el atajo a la escuela no funciona y deciden que, por una vez, es mejor dejarse llevar por el instinto aventurero, que provocará incluso persecuciones policiales, encuentros fortuitos con perros amigables, una clase práctica de navegación, juegos en el desguace o un baño, desnudos, antes de la tormenta. Brécard, con maravillosas ilustraciones que recuerdan las técnicas manuales con pinturas de cera, transmite la sensación inigualable de libertad que se respira en los años de infancia, cuando las normas están escribiéndose y las obligaciones no son tan formales como tiempo después. Aunque, como buenos hermanos, hay algunas disputas, el camino está trufado de bonitas sorpresas y emociones intensas, ligadas a la naturaleza y a la experiencia única de sentir la vida en plenitud. La secuenciación, aún sin viñetas ni bocadillos ni líneas cinéticas ni otros elementos propios, está cercana al lenguaje del cómic; e inserta fuentes manuscritas que potencian el espíritu artesano y poético, como recién extraído del cuaderno de bocetos, que subyace en el álbum.
La semana comienza de forma diferente para los hermanos. Tras perder el autobús, bien temprano, el atajo a la escuela no funciona y deciden que, por una vez, es mejor dejarse llevar por el instinto aventurero, que provocará incluso persecuciones policiales, encuentros fortuitos con perros amigables, una clase práctica de navegación, juegos en el desguace o un baño, desnudos, antes de la tormenta. Brécard, con maravillosas ilustraciones que recuerdan las técnicas manuales con pinturas de cera, transmite la... Seguir leyendo
La escapada
Vamos, a levantarse. Es lunes.
El autobús no tardará en pasar.
¡Date prisa!
¡Eh! ¡ESPERADNOS!
¡Estarás contento!
¡Es por tu culpa!
¡Siempre vas como una tortuga!