¿Eres más de Letrudo o de Zampaletras? Al primero le encanta pasearse entre palabras y dibujos, incluso "hacerse un nidito calentito" entre ellas. A la segunda lo que le gustan son, por encima de cualquier otra cosa, las buenas historias. Tiene tendencia a mordisquear letras e ilustraciones, y con tal de no aburrirse salta de unas aventuras a otras. Cada uno de los protagonistas te invita a pasear por las estampas gráficas de distintos libros, en donde encontramos guiños a variadas obras literarias y a personajes célebres del imaginario fantástico. En sus locas travesías tiene lugar una confluencia, provocada por un accidente fuera de página y por los amigables impulsos que siempre gobiernan la voluntad de Bichito, amable y dispuesto a transitar y perderse por nuevos relatos. ¿Lo harán juntos? Un imaginativo cuento, con dos direcciones de lectura que propone un juego interactivo para desarrollar la imaginación, rompiendo la cuarta pared. Si como los personajes principales eres de los que disfrutas entre libros, te sentirás como en casa. Las ilustraciones, ambientadas en escenarios de grandes dimensiones, confirman el talento del artista belga, que atesora una larga carrera como creador en el ámbito de la literatura infantil (su primer título fue publicado hace más de veinticinco años)
¿Eres más de Letrudo o de Zampaletras? Al primero le encanta pasearse entre palabras y dibujos, incluso "hacerse un nidito calentito" entre ellas. A la segunda lo que le gustan son, por encima de cualquier otra cosa, las buenas historias. Tiene tendencia a mordisquear letras e ilustraciones, y con tal de no aburrirse salta de unas aventuras a otras. Cada uno de los protagonistas te invita a pasear por las estampas gráficas de distintos libros, en donde encontramos guiños a variadas obras literarias y a personajes... Seguir leyendo
Zampaletras y Letrudo
Los libros de la biblioteca son su casa.
Zampaletras es una b a
alegre y vivaracha.
Le encantan las historias.
Están muy ricas.
A veces se traga alguna
letra y todo.
O un dibujo. Uno pequeñito...
...para que nadie se dé cuenta.
Ni siquiera las cabezas de los dragones.