Warren es el último eslabón de una larga estirpe asentada en la regencia del hotel homónimo. Aún es menor, pero ya ejerce como botones, chico de los recados, personal de limpieza y otras muchas tareas que, por insólitas, es mejor que descubras por ti mismo (pura explotación laboral). La razón de esas múltiples ocupaciones es que las cosas no marchan como deberían en el establecimiento hostelero, principalmente por la desidia de su director, el tío Rupert, reforzado por el beneplácito de su enigmática nueva esposa, Anaconda. Cuando un día aparece en la recepción un extraño huésped, bautizado con el nombre de "Rostropálido" por el protagonista, las dinámicas del establecimiento se ponen en marcha. Anaconda sospecha que la presencia de este único morador está ligada a la intención de robar una legendaria "joya" familiar: el Ojo Que Todo Lo Ve, objeto que reforzaría su poder; pero los diferentes empleados certifican a Warren sus dudas al respecto porque... ¿realmente existe? El juego de pistas y divertidas confluencias nos lleva a pensar que la mujer es, en realidad, una bruja y ese icónico objetivo podría transformar, aún más, el tóxico ecosistema del hostal. A la hora de hablar de los extraordinarios y elegantes diseños gráficos de Will Staehle, en dos tintas, es inevitable poner sobre la mesa el nombre de Edward Gorey. Indudablemente, los autores han bebido, entre otras, de esta fuente a la hora de configurar el universo misterioso que sirve como complemento perfecto al relato, aunque la juguetona narrativa de la artista norteamericana es de por sí dinámica y seductora. El resultado es una fascinante y atractiva colección de estampas configuradas a base de tramas, en el que se respira el ambiente de las películas de la Hammer o del universo onírico del primer Tim Burton, que supone el inicio de una saga que, seguro, va a dar mucho que hablar en los próximos meses. Un original soplo de aire fresco en el panorama de la literatura infantil y juvenil para preadolescentes.
Warren es el último eslabón de una larga estirpe asentada en la regencia del hotel homónimo. Aún es menor, pero ya ejerce como botones, chico de los recados, personal de limpieza y otras muchas tareas que, por insólitas, es mejor que descubras por ti mismo (pura explotación laboral). La razón de esas múltiples ocupaciones es que las cosas no marchan como deberían en el establecimiento hostelero, principalmente por la desidia de su director, el tío Rupert, reforzado por el... Seguir leyendo
Warren XIII y el Ojo Que Todo Lo Ve

WARREN XIII caminaba de puntillas por el tejado del hotel Warren mientras las viejas tejas de pizarra crujían como huesos. Un viento frío y otoñal sopló a su espalda y casi le hace perder el equilibrio, pero él siguió caminando. Caerse desde lo alto de un edifício de ocho plantas era la menor de sus preocupaciones. Tenía una chimenea que reparar.