Al ritmo de las rimas consonantes, mientras brotan los troqueles -efectiva y brillante ingeniería en papel-; en cada doble página, acompañamos a los Reyes de Oriente en su camino tras el cometa reluciente. Tal y como relata la vieja historia, que ha acunado a tantas generaciones, oro, incienso y mirra llevan en sus zurrones, obsequios para un Niño, de mirada dulce y un halo especial, nacido en un portal entre el buey y la mula (que aquí también toman partido en la narración). A esos mismos monarcas, los niños de todas las generaciones siguen escribiendo cartas, llenas de ilusión y buenas voluntades, a la espera de que algo llegue a cada hogar. Mientras tanto, bajo las luces del árbol, al calor de la familia, entre celebraciones y cabalgatas, el relato invita a conservar la ilusión en una lectura compartida, de tintes teatrales, que garantiza la atención por el cálido y colorista trabajo de Inaraja, fiel a sus premisas gráficas habituales, y al espectáculo tridimensional que genera el paso de las páginas, una experiencia analógica que estimula la imaginación y mantiene la esencia del relato bíblico en los primeros lances.
Al ritmo de las rimas consonantes, mientras brotan los troqueles -efectiva y brillante ingeniería en papel-; en cada doble página, acompañamos a los Reyes de Oriente en su camino tras el cometa reluciente. Tal y como relata la vieja historia, que ha acunado a tantas generaciones, oro, incienso y mirra llevan en sus zurrones, obsequios para un Niño, de mirada dulce y un halo especial, nacido en un portal entre el buey y la mula (que aquí también toman partido en la narración). A esos mismos monarcas, los... Seguir leyendo
NOCHE DE REYES

Tres, son tres, los tres Reyes de Oriente
contando estrellas, mirando al frente.
Uno suelta ¡Oh!; el otro dice ¡Ah!,
y el tercero, ¡Guau, un cometa reluciente!
Asombrados, ven la claridad
de la dorada y brillante luz.