Pobby y Dingan
Kellyanne abrió la puerta del coche y entró en el dormitorio arrastrando los pies. Tenía la cara hinchada, pálida y descompuesta. Entró y dijo:
-¡Ashmol! Pobby y Dingan están seguramente muertos-. Así lo dijo exactamente.
-Bueno -dije yo-. A lo mejor ahora creces y dejas de ser una idiota.
Las lágrimas empezaron a deslizarse por su cara. Pero no me dio ninguna pena, y a vosotros tampoco os la hubiera dado si hubierais crecido con Pobby y Dingan.
-Pobby y Dingan no están muertos -dije, disimulando mi rabia tras un sorbo a mi lata de Mello Yallo-. No han existido nunca. Las cosas que nunca han existido no pueden estar muertas. ¿Vale?