El libro de piel de tiburón
Mucha gente no cree en los fantasmas, y yo tampoco. Nunca se me han aparecido espíritus envueltos en una sábana, ni he visto esqueletos fosforescentes salvo en el teatro de marionetas, ni he tenido contacto con esos fantasmas que se llaman buenos y te llenan los bolsillos de dinero, que es el trato más claro que se puede hacer con un fantasma. Tampoco vi cómo se desplazaban solas las zapatillas del abuelo el día que se murió.