El primer maestro
Abro la ventana de par en par. Una corriente de aire fresco penetra en la habitación. En la tiniebla azulenca que palidece, miro fijamente los apuntes y bocetos del cuadro que he empezado a pintar. Son muchos, y muchas son la veces que empecé todo de nuevo. Sin embargo, aún es pronto para hacerse una idea completa del cuadro.