Con este sencillo argumento protagonizado por Daisy y su hermanito Pip se ilustra con gran acierto la diferencia que existe entre los animales nocturnos y diurnos. La noche, tan hermosa y atrayente, muestra también su cara amenazadora y peligrosa para los animales diurnos, que no están capacitados para manejarse en ella. Las ilustraciones, a base de pinceladas sueltas y en armonía con el texto, trasmiten gracia y ternura. Un cuento ideal para llamar al sueño.Con este sencillo argumento protagonizado por Daisy y su hermanito Pip se ilustra con gran acierto la diferencia que existe entre los animales nocturnos y diurnos. La noche, tan hermosa y atrayente, muestra también su cara amenazadora y peligrosa para los animales diurnos, que no están capacitados para manejarse en ella. Las ilustraciones, a base de pinceladas sueltas y en armonía con el texto, trasmiten gracia y ternura. Un cuento ideal para llamar al sueño.
Daisy y la luna
-Estoy tan cansada -bostezó mamá Pata-. Es hora de que los animales diurnos nos vayamos a dormir. -Ya voy -respondió Daisy. -Dormir -dijo Pip. Pero a su alrededor, las criaturas nocturnas jugaban al anochecer. Mamá Pata empezó a roncar.