Todos los viajes tienen un componente de aventura. Todos empiezan con ilusión, pueden traer cambios a tu persona o hacerte olvidar. Pero todos también terminan por hacerte echar de menos tus amigos, tu familia, tus raíces. Eso le ocurre también al cerdito Choni. Su aventura termina cuando se da cuenta de que puede ir al fin del mundo, superar sus miedos, conocer otras realidades... Pero siempre existe un momento para el regreso a casa.Todos los viajes tienen un componente de aventura. Todos empiezan con ilusión, pueden traer cambios a tu persona o hacerte olvidar. Pero todos también terminan por hacerte echar de menos tus amigos, tu familia, tus raíces. Eso le ocurre también al cerdito Choni. Su aventura termina cuando se da cuenta de que puede ir al fin del mundo, superar sus miedos, conocer otras realidades... Pero siempre existe un momento para el regreso a casa.
En la cima del mundo
Cuando Chano fue a la cocina para desayunar, se encontró una nota encima de la mesa. Chano podó el césped. Al mediodía, Choni no había dado señales de vida. -Tal vez ha ido a pescar -sugirió Flipi. -No, siempre pescamos juntos -contestó Chano. Por la noche, Choni todavía no había llegado. -Nunca se pierde la cena -dijo Chano. -¡Está buenísima! -exclamó Flipi-. Le habría gustado.