Milo siempre se va a dormir con su querida Nana. Un peluche de trapo tan viejo y tan abrazado que nadie ya recuerda lo que era. Una noche de tormenta, Nana desaparece. Milo comienza a buscarla y es así como, de pronto, se encuentra en el mercado de la noche, un lugar donde maravillosas y extrañas criaturas venden todo aquello que tiene que ver con los sueños: barriles de ronquidos, sueños dorados con forma de botón, redes para cazar estrellas caídas, polvos para volar... El mágico mundo de los sueños es el marco perfecto para esta intrigante historia, donde un niño se embarca en un surreal y nocturno viaje en busca de su querido juguete perdido. Es una historia que subraya el valor de los sueños y la fantasía en la vida de los niños. Con unas ilustraciones muy sugerentes, casi cinematográficas, que son óleos hiperrealistas, de gran cromatismo y mucha fuerza visual, el ilustrador logra introducirnos en el universo onírico creando una atmósfera intimista, poética y onírica.
Milo siempre se va a dormir con su querida Nana. Un peluche de trapo tan viejo y tan abrazado que nadie ya recuerda lo que era. Una noche de tormenta, Nana desaparece. Milo comienza a buscarla y es así como, de pronto, se encuentra en el mercado de la noche, un lugar donde maravillosas y extrañas criaturas venden todo aquello que tiene que ver con los sueños: barriles de ronquidos, sueños dorados con forma de botón, redes para cazar estrellas caídas, polvos para volar... El mágico mundo de los sueños es el marco perfecto para esta... Seguir leyendo
El mejor de los secretos
Nana vivía en la cama de Milo. Era tan vieja como nadie alcanzaba a recordar, más vieja incluso que la abuela. Nadie sabía qué clase de cosa era Nana. Tenía las patas cortas y flácidas, un par de ojos azules y un pegote de lana negra por nariz. Ya no tenía orejas y de su cola no quedaba más que un hilo raído. Tiempo atrás debió de ser blanca como la luna, pero ahora tenía el color de haber sido abrazada muchas veces.