La Luz de piedra. La reina de la laguna II
Debajo, muy por debajo de las alas del león de obsidiana, el paisaje se extendía como un mar de ceniza. El cuerpo de Vermithrax, pétreo y negro como la pez, planeaba casi ingrávido bajo una densa capa de nubes, proporcionando a la muchacha que lo cabalgaba la sensación de poder tocar su algodonoso revés con tan sólo extender el brazo.