Anthony Browne recuerda una tarde de su infancia que le marcaría para toda la vida: la que pasó con su familia viendo los cuadros de la Tate Gallery de Londres. De la mano de su memoria y a través de su peculiar estilo, invita al lector a realizar un paseo que le sumerge en el misterio y el encanto de los grandes museos; y le descubre algunas claves para mirar las obras y captar las ideas e historias que trasmiten. Un álbum que subraya el poder comunicador de la imagen y que contagia la pasión del autor por la pintura.
Anthony Browne recuerda una tarde de su infancia que le marcaría para toda la vida: la que pasó con su familia viendo los cuadros de la Tate Gallery de Londres. De la mano de su memoria y a través de su peculiar estilo, invita al lector a realizar un paseo que le sumerge en el misterio y el encanto de los grandes museos; y le descubre algunas claves para mirar las obras y captar las ideas e historias que trasmiten. Un álbum que subraya el poder comunicador de la imagen y que contagia la pasión del autor por la pintura.
El juego de las formas
Yo era un niño y no sabía qué esperar. La idea fue de mamá; ese año, para su cumpleaños, quería que fuéramos a un lugar diferente. Resultó ser un día que cambió mi vida para siempre.