Capitanes del Caribe
Jolly caminaba a zancadas sobre el océano. Sus pies desnudos apenas se sumergían en el agua. Debajo se abrían las fauces del abismo azul oscuro del mar; un abismo insondable.
Jolly podía caminar sobre las aguas desde que nació. Con los años había aprendido a moverse con soltura por la superficie fluctuante. Para ella era como atravesar un charco.