En ocasiones, se cambian los papeles y los adultos se comportan como niños. Y viceversa. El punto cabal de esta historia empieza poniéndolo Marciana, la protagonista, a quién rápidamente sacaremos de la duda que ella misma se plantea al comienzo de la narración: ni es ni tiene ningún pariente extraterrestre conocido. La historia es mucho más sencilla. Todo tiene una explicación lógica que se traduce en una aventura cotidiana, de salvamento, en la que muchos niños probablemente habrán estado inmersos alguna vez.En ocasiones, se cambian los papeles y los adultos se comportan como niños. Y viceversa. El punto cabal de esta historia empieza poniéndolo Marciana, la protagonista, a quién rápidamente sacaremos de la duda que ella misma se plantea al comienzo de la narración: ni es ni tiene ningún pariente extraterrestre conocido. La historia es mucho más sencilla. Todo tiene una explicación lógica que se traduce en una aventura cotidiana, de salvamento, en la que muchos niños probablemente habrán estado inmersos alguna vez.
Mi abuelo es una gata
Me llamo Marciana, pero no tengo antenas ni soy verde. Tampoco hablo con palabras de tic-tic-tic, como el horno cuando avisa de que ya se ha asado el pollo. Me han puesto Marciana porque nací un 9 de enero, que es el día de mi santo y de mi cumple. Así que no vine de otro planeta, aunque en una ocasión me lo haya creído...