Entre el cielo y la tierra
Hace muchísimos años, en los albores de los tiempos, los hombres y mujeres que habitaban la tierra aprendieron a hablar y comunicarse. De padres a hijos y de generación en generación, las palabras y los gestos sirvieron para transmitir todo lo necesario para asegurar la supervivencia.
Lo primero era el nombre de las cosas: nombrar del mismo modo a los seres, las acciones y los objetos fue el primer esfuerzo humano para distinguirse de los animales.