Verlioka
Era una vez un matrimonio de ancianos que tenía dos nietas. Un día, el abuelo las llevó a la huerta a buscar guisantes para la sopa. Las hortalizas crecían espléndidas, pero los gorriones no paraban de picotear los guisantes más tiernos. Al día siguiente, el abuelo le dijo a la nieta mayor:
-¡Ve a espantar los gorriones!
La niña se sentó junto a las plantas, agitando una rama seca:
-¡Fuera gorriones, no seáis glotones!
De pronto oyó un retumbar de pasos en el bosque; y apareció Verlioka, un gigante terrible, con un solo ojo, nariz ganchuda y barba larguísima.