Interesante novela, a veces excesivamente complicada, pero efectiva por su capacidad de enganchar al lector. Flanagan es un joven detective que no cuenta con suficientes medios para realizar sus pesquisas, pero le sobra entusiasmo e imaginación. Un día le llega un caso bastante serio y peligroso: el sobrino de Carmen, una simpática y guapa gitana, ha desaparecido y ella le pide a Flanagan que lo encuentre. Al parecer, en la mansión de la familia Rocafort encontrará jugosas pistas –se trata de una red de venta ilegal de bebés–, pero las cosas se tuercen y así conoce a Nines, una jovencita «hija de papá». Sólo la inteligencia de Flanagan le permitirá resolver tan espinoso caso. Interesante novela, a veces excesivamente complicada, pero efectiva por su capacidad de enganchar al lector. Flanagan es un joven detective que no cuenta con suficientes medios para realizar sus pesquisas, pero le sobra entusiasmo e imaginación. Un día le llega un caso bastante serio y peligroso: el sobrino de Carmen, una simpática y guapa gitana, ha desaparecido y ella le pide a Flanagan que lo encuentre. Al parecer, en la mansión de la familia Rocafort encontrará jugosas pistas –se trata de una red de venta ilegal de bebés–, pero las cosas se tuercen y así conoce a Nines, una jovencita... Seguir leyendo

Todos los detectives se llaman Flanagan

Un consejo: no juguéis a detectives. O lo sois o no lo sois, pero no juguéis a serlo, porque después pasa lo que pasa y cuando os queráis echar atrás descubriréis que es demasiado tarde. Miradme a mí: empecé realizando pequeñas investigaciones para conseguir algo de pasta para mis gastos y pagarme cuatro caprichos que mis padres no podían pagarme, husmeando aquí y allá en busca de perros perdidos o de autores de anónimas cartas de amor, y un buen día, cuando trataba de averiguar cómo era posible que Elías Gual, siendo tan corto como era, aprobaba los exámenes como los aprobaba, ñaca, me veo nvuelto en un asunto excesivo y peligroso de traficantes de drogas.