El hombre de la flor llega a un pueblo triste, oscuro y aburrido. La gente no se comunica, los niños no juegan juntos, el sabio no comparte su sabiduría, los artistas no encuentran la inspiración y hasta la fuente está seca. Sólo la generosidad de nuestro protagonista cambiará la historia: traerá la luz, la comunicación, la convivencia y la alegría para todos... menos para la familia que abandona el barrio. Pero la historia no termina aquí. El hombre de la flor no se rinde y decide darnos una sorpresa. «Todo el mundo tiene una gran historia... Sólo hay que pararse a averiguar cuál es.» Este será todo el texto que el lector va a encontrar en este álbum y será más que suficiente. Nos vale con seguir al hombre de la flor. Veremos las escenas iluminarse y a los personajes transformarse gracias a la generosidad de nuestro protagonista, que utiliza como símbolo el gesto de regalar flores. El lector se encuentra con unas ilustraciones que le invitan a indagar en la vida de los protagonistas y a construir la historia.
El hombre de la flor llega a un pueblo triste, oscuro y aburrido. La gente no se comunica, los niños no juegan juntos, el sabio no comparte su sabiduría, los artistas no encuentran la inspiración y hasta la fuente está seca. Sólo la generosidad de nuestro protagonista cambiará la historia: traerá la luz, la comunicación, la convivencia y la alegría para todos... menos para la familia que abandona el barrio. Pero la historia no termina aquí. El hombre de la flor no se rinde y decide darnos una sorpresa. ... Seguir leyendo
El hombre de la flor
Mi abuelo siempre decía: «Todo el mundo tiene una gran historia... Sólo hay que pararse a averiguar cuál es».