Yo, Ming
Podría haber nacido Reina de Inglaterra, tener hermosos sombreros y viajar en carroza tirada por dieciocho caballos. Saludaría a las gentes con un leve gesto de mano y sonreiría al ver los angelitos medio dormidos adornando la tarta de manzana que me servirían con el té.
Podría haber nacido Cocodrilo y crecer junto a la ribera del Nilfertiti. Me merendaría a todos los turistas barrigudos con pantalón corto y visera, cámara de fotos incluida, con que sólo posasen la punta de su pie en la orilla de mi charca.