En el primero de los relatos que conforman este libro la autora nos acerca una experiencia irrepetible. Su protagonista, Lucas, insta a su reflejo a salir del espejo para ayudarle en sus tareas cotidianas. Pero esta única función no satisface al niño del espejo, que pronto decidirá tener aventuras propias, que no dejan muy bien parado al pobre Lucas. En el segundo relato un hijo de padres separados, Donato, se enfrenta a una singular aventura que comienza una tarde en la que una extraña niña llama a su puerta. En el primero de los relatos que conforman este libro la autora nos acerca una experiencia irrepetible. Su protagonista, Lucas, insta a su reflejo a salir del espejo para ayudarle en sus tareas cotidianas. Pero esta única función no satisface al niño del espejo, que pronto decidirá tener aventuras propias, que no dejan muy bien parado al pobre Lucas. En el segundo relato un hijo de padres separados, Donato, se enfrenta a una singular aventura que comienza una tarde en la que una extraña niña llama a su puerta.

Lucas y Lucas

Lucas se cepillaba los dientes con mucho brío delante del espejo. Lo que más rabia le daba de todo era tener que acostarse temprano. Qué manera más tonta de perderse cosas; porque mientras uno está dormido ocurren cosas interesantes. Y uno no se entera de nada.
–Que dice mamá que te des prisa.
–Que ya voy.
Una pizca de pasta dentífrica saltó al espejo, y Lucas la frotó para limpiarla; entonces, se dio cuenta de que Lucas, el del espejo, estaba frotando tan afanosamente como él.