Pralino
¿Te acuerdas cómo sucedió? Así es como sucedió: estábamos en tu cama, mirando el techo, esperábamos que el niño Jesús tocase su campanilla, como cada año, para poder bajar al salón, en donde estaba el árbol de Navidad, y...
En fin, ya sabes. Todo había quedado en silencio, dentro y fuera de la casa, como siempre en Nochebuena. De día todo era normal, pero los ruidos se iban apagando a medida que anochecía. Tu madre estaba en la cocina preparando la cena y la casa estaba impregnada de ese olor único a pino, velas y galletas.