Juan el Viejo, recuerda, en voz alta, mientras pasea con su nieta por la orilla del mar. Anciano y niño a la vez, viaja a través del tiempo para recuperarlo antes de perderlo definitivamente. Esta evocación, construida a través de dos narradores uno en primera persona y otro en tercera, permite simultanear pasado y presente. El mar, paisaje de la acción y también estado del alma, permanece inmutable en los dos tiempos y le permite unir los recuerdos al presente. Un aire de tristeza dulce envuelve esta evocación que nos trae un tiempo de emociones en el que estaba todo por descubrir. Juan el Viejo, recuerda, en voz alta, mientras pasea con su nieta por la orilla del mar. Anciano y niño a la vez, viaja a través del tiempo para recuperarlo antes de perderlo definitivamente. Esta evocación, construida a través de dos narradores uno en primera persona y otro en tercera, permite simultanear pasado y presente. El mar, paisaje de la acción y también estado del alma, permanece inmutable en los dos tiempos y le permite unir los recuerdos al presente. Un aire de tristeza dulce envuelve esta evocación que nos trae un tiempo de emociones en el que estaba todo por descubrir.

Los caminos de la luna

-¿Qué es una aventura, abuelo?
-Vivir.
-¿Y una aventura emocionante?
-Vivir -sonrió el abuelo.
(De las conversaciones de Guillermo Brown con su nieta, una pelirroja que también se llamaba Guillermo).