Carlota acude con su abuela a un museo para celebrar el cumpleaños de ésta. Allí se interesa por los cuadros de artistas impresionistas, por los personajes pintados y acaba entrando en ellos para vivir una pequeña aventura en cada uno. Pretende conseguir un ramo de flores para su abuela y, mientras lo intenta, recorre algunos cuadros de Monet, Renoir y Degas. El lector observa una reproducción real del cuadro y otra realizada por el ilustrador recreando la escena que el artista pintó, e integrando en ella a Carlota. Una historia para explicar algunas claves del mundo de los impresionistas.Carlota acude con su abuela a un museo para celebrar el cumpleaños de ésta. Allí se interesa por los cuadros de artistas impresionistas, por los personajes pintados y acaba entrando en ellos para vivir una pequeña aventura en cada uno. Pretende conseguir un ramo de flores para su abuela y, mientras lo intenta, recorre algunos cuadros de Monet, Renoir y Degas. El lector observa una reproducción real del cuadro y otra realizada por el ilustrador recreando la escena que el artista pintó, e integrando en ella a Carlota. Una historia para explicar algunas claves del mundo de los impresionistas.
Carlota descubre a los impresionistas
Era el cumpleaños de la abuela y como regalo especial se llevó a Carlota a la galería de arte. A Carlota le gustaba la galería porque nunca sabía qué podría pasar. -Mira las flores de estos cuadros -dijo la abuela. -Yo sólo puedo ver manchas -respondió Carlota. -Estas pinturas están hechas de manchas -añadió la abuela. Pero si retrocedes un poco, las manchas se convierten en una imagen.