Entre la ternura y la ñoñería existe una línea finísima que escritores y educadores traspasan con demasiado frecuencia olvidando que el niño es sensible pero no sensiblero. Luján y Sadat sortean el paternalismo al crear una obra en la que texto e imagen se enlazan en comunión armoniosa para que este emotivo álbum se convierta en un exquisito canto a la delicadeza, la sencillez y el amor entre madre e hijo.Entre la ternura y la ñoñería existe una línea finísima que escritores y educadores traspasan con demasiado frecuencia olvidando que el niño es sensible pero no sensiblero. Luján y Sadat sortean el paternalismo al crear una obra en la que texto e imagen se enlazan en comunión armoniosa para que este emotivo álbum se convierta en un exquisito canto a la delicadeza, la sencillez y el amor entre madre e hijo.
Tarde de invierno
Juega mi dedo en el vidrio empañado y dibuja una luna y dentro de ella a mi madre que viene por la calle...