Cuatro cuentos y un prólogo, como un cuento más. Un libro con fantasía surrealista y un humor sutil e irónico. Según Ende, su familia tenía auténtica necesidad de leer, haciéndolo a la vez que dos o más cosas, en las situaciones más incompresibles y extrañas. Y, como en un juego literario, el autor plantea: "Y ahora sólo me queda aconsejaros que hagáis vosotros lo mismo (leer)... Así que, estaos quietos y dejad que yo también siga leyendo".
De esta forma, este mago de la literatura nos llama a leer estas historias que necesitan concentración y fantasía, porque todo puede suceder.
Cuatro cuentos y un prólogo, como un cuento más. Un libro con fantasía surrealista y un humor sutil e irónico. Según Ende, su familia tenía auténtica necesidad de leer, haciéndolo a la vez que dos o más cosas, en las situaciones más incompresibles y extrañas. Y, como en un juego literario, el autor plantea: "Y ahora sólo me queda aconsejaros que hagáis vosotros lo mismo (leer)... Así que, estaos quietos y dejad que yo también siga leyendo".
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La escuela de magia
Todos los miembros de nuestra familia, desde los más viejos hasta los más jóvenes, han tenido siempre la misma pequeña debilidad: leer. Ninguno de nosotros está dispuesto en absoluto a dejar a un lado su libro un solo momento para hacer algo urgente o inaplazable. Lo cual no quiere decir que eso urgente o inaplazable no vaya a hacerse. Lo que pasa es que nos parece del todo innecesario renunciar a la lectura por ese motivo ¿O acaso no se puede hacer lo uno sin dejar de hacer lo otro? Admito que ello provoca de vez en cuando alguna pequeña contrariedad... Pero ¿qué puede importar?