El entrañable jubilado de esta historia pasa de cuidar pájaros a cuidar penas y la situación se va volviendo cada vez más descabellada y divertida. Bajo el amable enfoque de un sentido del humor fantástico y metafórico –bien reflejado en las ilustraciones– aparece la facilidad con que se tiende a delegar los problemas y los conflictos personales en cuanto se encuentra alguien receptivo. Escuchar los problemas de los demás, ser compasivo y solidario está muy bien... sin olvidar que cada uno debe afrontar lo que le corresponde.
El entrañable jubilado de esta historia pasa de cuidar pájaros a cuidar penas y la situación se va volviendo cada vez más descabellada y divertida. Bajo el amable enfoque de un sentido del humor fantástico y metafórico –bien reflejado en las ilustraciones– aparece la facilidad con que se tiende a delegar los problemas y los conflictos personales en cuanto se encuentra alguien receptivo. Escuchar los problemas de los demás, ser compasivo y solidario está muy bien... sin olvidar que cada uno debe afrontar lo que le... Seguir leyendo
Don Agapito el apenado
Don Agapito se jubiló y a partir de ese día descubrió que no tenía nada que hacer.
Como no se había casado, no tenía nietos que cuidar ni hijos a quienes hacerles mandados. No tenía un gato que llevar al veterinario ni un perro que sacar a dejar su caca en la vía pública. Y como no bebía ni jugaba al dominó, tampoco podía pasar horas en el bar de la esquina.
Su primer intento de ocuparse convenientemente concluyó en un sonado fracaso y una colección de jaulas vacías.