Los poemas breves y cotidianos de este libro pueden ser una buena manera de iniciar a los jóvenes en la poesía. Estrofas sutiles, ingenuas y divertidas que, mediante unos pocos versos, inciden con cierta profundidad en lo menos obvio de lo habitual. Algunos poemas libres se mezclan con composiciones de tres versos inspiradas en los haikus japoneses, y, como ellos, sugerentes e ingeniosos. Microhistorias que transmiten ternura, apoyadas por unas ilustraciones esquemáticas pero llenas de expresividad. Los lectores encontrarán el placer de la poesía en todo aquello que viven diariamente.Los poemas breves y cotidianos de este libro pueden ser una buena manera de iniciar a los jóvenes en la poesía. Estrofas sutiles, ingenuas y divertidas que, mediante unos pocos versos, inciden con cierta profundidad en lo menos obvio de lo habitual. Algunos poemas libres se mezclan con composiciones de tres versos inspiradas en los haikus japoneses, y, como ellos, sugerentes e ingeniosos. Microhistorias que transmiten ternura, apoyadas por unas ilustraciones esquemáticas pero llenas de expresividad. Los lectores encontrarán el placer de la poesía en todo aquello que viven diariamente.
La luna sabe a coco
Tras la luna se esconde la nubecilla tímida.
Arranco una flor y siento un estremecimiento entre los dedos.
Pregunto a mi cuerpo si hace un instante estaba conmigo.