A pesar de las desalentadoras cifras que aparecen en los medios sobre cierres de librerías en nuestros pueblos y ciudades, existen unos cuantos establecimientos que resisten con alegría y buenas ideas los envites de la actualidad. En dos de ellas, La Buena Vida y La Fugitiva, en el corazón de Madrid, se celebran además interesantes clubes de lectura.

En cualquier parte del mundo, desde siempre, fueron cobijo de lectores que gestaron clubes en los que se daban cita conocidos y desconocidos para charlar sobre los sentimientos que despertaban en ellos las novelas que devoraban en sus momentos libres.

A pesar del inexorable paso del tiempo y, en consecuencia, de la instauración de nuevos hábitos y transformación de los existentes, también en la compra y consumo de libros, -la predilección por las plataformas digitales y otros asuntos hacen que se cierre una librería en España cada pocos minutos, según los informes de CEGAL-; hay libreros y libreras que siguen desarrollando su trabajo dibujando nuevos caminos y ofreciendo interesantes servicios a los usuarios para ganar en atractivo.

Casi todos los gestores de este tipo de establecimientos opinan lo mismo, quizá no se lee menos, pero se lee distinto y eso afecta a las ventas y por tanto a la viabilidad del negocio.

En ciudades como Madrid se dan casos paradójicos. Por ejemplo, en 2018 se cerraron cinco librerías y se abrieron seis. Entre las que resisten en la capital, a base de una programación variada y atractiva que gira en torno a sus clubes de lectura, están La Fugitiva y La Buena Vida, esta última galardonada con el Premio CEGAL Librería Cultural en 2018.

La Fugitiva, es una librería-café de aire vintage ubicada en el número 7 de Santa Isabel. El propietario es Santiago Palacios.

Entre sus señas de identidad está la ausencia de música ambiental, respetando la voluntad de muchos clientes que disfrutan de sus instalaciones para leer en paz y en silencio, y su carácter de “librería de urgencia”, como ellos mismos señalaban al diario ABC en una reciente entrevista, dado que el horario se extiende hasta las 12 de la noche.

Por sus pasillos desfilan todo tipo de clientes pero cuenta con una serie de fieles que sirven como base a los distintos clubes de lectura, uno de ellos íntegramente en inglés, que celebran de forma habitual.

Al son de estos grupos se organizan presentaciones literarias con aperitivos –todos los jueves-, tertulias filosóficas, un club de ajedrez, sesiones de cine-club y La noche del poeta muerto, un particular juego entre fans de distintos escritores que convoca a muchos seguidores. Además se ofrece la posibilidad de disponer del espacio para otras actividades de índole cultural organizadas por externos.

Tienen perfiles en Facebook y Twitter aunque son más del “cara a cara”.

La Buena Vida, gestionada por Jesús Trueba, es uno de los centros neurálgicos de la cultura en los alrededores del Teatro Real. Está situada en el número 5 de la calle Vergara, en pleno centro de Madrid.

Destaca su especial atención a los jóvenes, sector de edad al que dedica, por ejemplo, la actividad Zona Reservada. Se celebra cada sábado de 17 a 18:30h, constituyéndose como un espacio de debate e intercambio de ideas en el que afloran todo tipo de temas, desde los últimos estrenos cinematográficos hasta los descubrimientos personales de cada asistente sobre música (para crear playlists); o los videojuegos que más les han impactado. Está orientado a chicos y chicas de entre 12 y 17 años.

Sus clubes de lectura, tanto este como el resto de los que celebran, acaban de cumplir una década en activo. Los organizadores incentivan la participación con algunos “privilegios”, como un vale de compra, además cada sesión se acompaña de un pequeño lunch para los asistentes. La adhesión a los grupos requiere de inscripción previa (tiene un precio de 10 euros, pero parte de la cuota se descuenta de cualquier adquisición que se efectúe en este espacio). Se puede elegir un ciclo entero o crear un recorrido personal atendiendo a gustos o disponibilidad de fechas.

Están dirigido por especialistas como David García (El Mundo, EFE, Jot Down...); Alejandro Fernández-Osorio (poeta y docente); Tatiana Vargas, Traductora, correctora y lectora profesional; Paula Lamamie (Máster en Escritura Creativa, University of Iowa); y Sebastián Velásquez, profesor, escritor y traductor.

Según se describe en el programa, su dinámica trata de "contextualizar la lectura seleccionada por razón del tema, estilo, época y autor, tratando de guiar una conversación analítica, y no solo de opinión, sobre todos los aspectos de la obra, enriqueciendo la lectura individual con los elementos que cada participante, según su experiencia, sensibilidad y formación, pueda haber encontrado."