Xosefa Casalderrey Fraga (Fina Casalderrey) nació en Pilarteiros, parroquia de Santo André de Xeve (Pontevedra), en agosto de 1951. El ambiente rural de sus primeros años y las historias que le narraba su padre contribuyeron en modelar su escuela de lo fantástico. Y en Lérez, en el lugar del Cruceiro, sigue viviendo en la actualidad.
El gallego era la lengua de sus padres y la suya propia. Lengua en la que nunca pudo dejar de soñar, incluso cuando -primero en la escuela pública de la Porta do Sol de Lérez y después en el Instituto de Pontevedra- hubo de fingir abandonar en las relaciones sociales, por imposición de las circunstancias de opresión que le tocó vivir.
Con 9 años, en el verano de 1960, fue a clases de “corte y confección”. Su madre quería que, mejor que “costurera”, fuera “modista”. Ante su predisposición para la costura, doña Amelia, la profesora del curso, pidió que le compraran un maniquí que casi la doblaba en estatura, entonces su madre decidió que su sitio todavía estaba en la escuela. Más tarde, por consejo de la maestra, comenzó el bachillerato en el instituto (el único que había en Pontevedra para niños y niñas, aunque en aulas separadas) y continuó en el nuevo Instituto Femenino (antigua Escuela Normal) donde terminó el bachillerato “elemental”. A continuación estudió magisterio cuando la Escuela Normal ya había sido trasladada a las orillas del río Lérez.
Su primer destino como maestra fue en Pontecesures. Allí se encontró con Avelino Pousa, un galleguista militante, y empezaron a surgir preguntas y a encontrar algunas respuestas a la diglosia que se respiraba en su ambiente. Fue entonces cuando se decidió a adaptar cuentos populares al teatro que, luego, representaba con su alumnado para seguir con sencillas piezas de creación propia. Actividad que no abandonó nunca durante los cuarenta años de docencia.
Y aquellas primeras nociones de “costura” le han servido para reflexionar y aprender sobre la importancia de la estructura en una narración y de dosificar convenientemente los descubrimientos que la lectura gozosa ha de aportar, del mismo modo que los bolsillos o los adornos de una prenda han de ir en el lugar adecuado para que sea vistosa y útil; y, en todo caso, que no entorpezca la libertad de caminar.
En sus comienzos como docente, fueron tantos los destinos que, en cuanto tuvo oportunidad, se quedó 25 años en el Grupo Escolar Santa Lucía de Moraña. Luego, los diez últimos años, previos a su jubilación, impartió docencia en el IES Illa de Tambo de Marín. Y cada niño, cada niña, cada escuela, fue dejando una huella en su memoria. “Ojalá también algo bueno de mí se quedase un poquito en todos ellos”, dice a veces. Asegura que las horas extra, año tras año, invertidas con su alumnado después de las clases, fueron su mejor “licenciatura” en pedagogía.
Su especialidad, por oposición, es Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza, pero en aquel hervidero del inicio de la democracia, se diplomó en Lengua y Literatura Gallega en la Escuela Oficial de Idiomas. Cambiar la Escuela, acercarla más a la realidad, la condujo a realizar con su alumnado diferentes trabajos relacionados con la investigación etnográfica en el entorno próximo (los hórreos, los aparejos de labranza, la climatología y astrología popular, las fiestas populares, la medicina popular, los juegos tradicionales, cantigas, refranes, leyendas…), muchos de ellos premiados en su día por el Museo de Pontevedra, por la Xunta de Galicia o por la Jefatura Nacional de Tráfico. En parte, esos trabajos en gallego fueron el inicio de una publicación colectiva, coordinada por Mariano García (Terras de Moraña: Unha realidade na historia, na lenda, na lembranza… 2002), publicada por el Ayuntamiento de Moraña muchos años después de su elaboración.
Junto con Mariano García ha publicado los ensayos O libro da empanada (1993), Festas gastronómicas de Galicia (1994) y Repostería en Galicia (1997) (distinguido con el III Premio Álvaro Cunqueiro de Periodismo Gastronómico). En relación con el mundo de la enseñanza, en 1996, publica Recursos teatrais para a expresión dramática na escola (7 piezas para representar). Otras publicaciones pedagógicas son Lecturas 2 (1º Ciclo EP). Edebé, 1997; Tren dos contos 1º EP. Lecturas. SM, 2006; Un dous tres hora de ler. SM Xerme, 2008; Tic tac tic hora de llegir! SM, 2008; Medrando Sans. Xunta de Galicia, 2008.
"Me llamo Fina y esa es ya la primera paradoja puesto que mi constitución no es precisamente la de un fideo. Desearía saber mucho más de lo que sé, pero invierto parte de mi tiempo en seguir el vuelo de una mosca o pensando en cosas para las que no tengo respuestas (también me gusta mucho el turrón y sólo lo como en Navidad). Mientras escribo me siento incómoda, como si me quitasen la ropa en medio de una plaza pública, si alguien fisga lo que estoy haciendo, pero en cuanto acabo estoy deseando encontrar quien quiera leerlo. Estoy en contra de que se obligue a la infancia a leer un determinado libro, y me llena de satisfacción llegar a un colegio y comprobar que todos los escolares han leído uno de mis libros. De niña odiaba aquellos zuecos que llevaba, su piso de madera hacía tanto ruido que estaba siempre demasiado localizable, como si llevase un trasmisor, y sin embargo sigo deseando permanecer unida a los míos con pegamento invisible. Mi primer libro lo escribí a los tres años y me regañaron por ello (era una Biblia que tenían mis padres, con un bolígrafo la llené de garabatos). Me gusta encontrar caminos nuevos, pero no puedo evitar miedos al explorarlos; y, aunque tengo muchas limitaciones, he descubierto que inventar historias me permite tocar el piano, atravesar a nado el Canal de la Mancha... Quizás éste sea uno de los motivos por los que no me planteo dejar de escribir."
En primera persona (Archivo Canal Lector)
Ha ejercido como pregonera en diferentes Ferias del Libro y también en eventos gastronómicos, impartido charlas, ponencias... Ha participado en mesas redondas y conferencias relacionadas con la LIJ o con la gastronomía, dentro y fuera de Galicia, en centros de enseñanza, asociaciones culturales, museos, Centros Gallegos y universidades de toda España, también en espacios culturales de la Bretaña Francesa, Ginebra (Suiza), Hamburgo (Alemania), Cork (Irlanda), Rabat y Casablanca (Marruecos), La Habana (Cuba), Caracas (Venezuela), Panamá, Guadalajara (México), Bolonia (Italia)…
También ha participado en el informe de la UNESCO de 1997 La educación encierra un tesoro. Fue miembro de la directiva de Gálix desde septiembre de 2001 hasta enero de 2004, pertenece al PEN Club desde el 12 de enero del año 2008, y a AELG desde el 1 de julio de 2009. Desde noviembre de 2013 forma parte de la RAG (Real Academia Gallega) como miembro numerario. Su discurso de ingreso llevó por título Viaxe á semente. Dende os refachos do corazón ata onde habita o imaxinario.
Colabora en prensa con artículos y otros trabajos que aparecen recogidos en periódicos y revistas de larga trayectoria como el Diario de Pontevedra (por dos de los articulos publicados en este rotativo obtuvo los premios Puro Cora en 2011 y Fernández del Riego en 2003); Progreso de Lugo, Nós de Sabadell, Fadamorgana, Golfiño, CLIJ, Cedofeita, Tempo Exterior, Grial, Maremagnum, DE NÓS (Sermos Galiza), Encrucillada...
En el año 1991 debutó en la literatura juvenil con la novela Mutacións xenéticas. Desde entonces ha publicado más de cincuenta títulos orientados al público infantil y adolescente, a los que les hay que sumar más de veinte historias recogidas en volúmenes colectivos. Sus libros, siempre escritos inicialmente en gallego, se traducen habitualmente a las demás lenguas oficiales, también al bretón, coreano, inglés, francés, italiano, portugués, serbio o chino. En el año 1996 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por O misterio dos fillos de Lúa.
Todas las obras de Fina Casalderrey en Canal Lector
Ficha de la escritora en el archivo histórico "Nuestros autores" de Canal Lector
📷 Web personal de la autora
Indispensables en la maleta de Fina Casalderrey
Os diré que con mi edad es del todo imposible quedarme tan solo con cinco libros, lloraría el resto de mi vida (que tampoco va a ser tan larga como la que ya he vivido, la verdad). Ejercí de maestra cuarenta años y, ante esta difícil tarea me siento como si, estando de crucero con mi alumnado, el barco se hundiera por alguna terrible razón y yo pudiese salvar a cinco nada más. Supongo que escogería al azar a cuántos pudiese, hasta la extenuación. Y si tuviera que empezar por “salvar” las primeras historias de mi infancia, esas que se quedaron habitándome para siempre, comenzaría por las que me contaba mi padre... Es decir, ante semejante dilema, miro hacia las estanterías donde se acomoda la literatura infantil en mi casa y, pidiéndoles sentidas disculpas a cientos de ellos, hoy rescato, “casi” al azar y de prisa, estos libros:
El Principito
Antoine de Saint-Exupéry
Traducción: Bonifacio del Carril
Barcelona: Salamandra
Escrita por el aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, aunque conste que, en este caso, ni sería necesario nombrar al autor. Esta historia vuela con fuerza por encima de los tejados del mundo desde hace muchos años. He salvado este libro, quizás porque lo leí ya de mayor y me emocionó, porque vuelvo a él muchas veces y siempre me dice algo nuevo, porque, en su día lo adapté al teatro y mi alumnado lo representó tan bien que a mí casi me dio un ataque de satisfacción personal al ver a los chicos y chicas entusiasmados y al público entregado…
Memorias de un niño campesino
Xosé Neira Vilas. Con ilustraciones de Xosé Cobas
Pontevedra: Kalandraka
Escrito originariamente en gallego (Memorias dun neno labrego), de Xosé Neira Vilas, publicado por primera vez en 1961 en Buenos Aires. Tal vez porque, no habiendo sido escrito, en principio, para niñas y niños, la infancia lo adoptó como propio y hoy es uno de los libros más leídos y traducidos de la literatura gallega contemporánea. Se trata de la mirada de un niño de aldea que desea entender el mundo de los adultos. En esta historia caben las más variadas emociones del ser humano. El autor trabajó insobornable e infatigablemente por la literatura hasta el fin de sus días, que no fueron pocos. Yo tuve la fortuna de conocerlo de cerca.
¡Que llega el lobo!
Émile Jadoul
Traducción: P. Rozarena
Zaragoza: Edelvives
Se trata de una deliciosa historia tan breve, tan breve, que cabe en la palma de una mano. Una sola frase, la última, obra el prodigio de arrancarnos la más placentera de las sonrisas y nos hace preguntarnos como algo tan pequeño puede ser tan ingenioso enviándonos un mensaje de amistad y tolerancia. Un día lo descubrí en una biblioteca de Cartagena, mientras esperaba a que llegase el alumnado para un encuentro. Me había decidido por algo muy breve, porque solamente tenía unos minutos y… ¡bendito descubrimiento!
Bicos e non balas (Besos y no balas)
Antonio García Teijeiro, con ilustraciones de Bea Gregores
Santiago de Compostela (A Coruña): Galaxia
Porque como todos sus poemarios hacen las delicias de niños (y niñas, por supuesto) y no tan niños. Sus versos son siempre como las buenas nécoras, están llenos de carne exquisita, poquita, pero muy rica. Y porque nos demuestra que hay un libro para cada momento, también para el que estamos viviendo, como el que sigue:
Choven balas / Seres berran / Arden vilas / Queiman leiras / Caen nenos chora a terra / Xeme o pobo pingas negras / Cicatrices / Dor vella / Destrucción / Chuvia cega / Berros tristes / Dor marela / Choven balas / E miseria / Noite fría / Tristes guerras / Nace o medo / Chora a terra.
Cuentos
Lev Tolstói
Madrid: Club Internacional del Libro (Grandes genios de la literatura universal, nº 15)
Es que lo salvé literalmente junto con diecisiete más de la misma colección. Hace unos años, mi hijo se había comprado un piso en Madrid, de segunda mano, que la cosa no está para tirar cohetes. Cuando su padre y yo nos fuimos a verlo, le ayudamos a sacar las bolsas de basura que se habían dejado los anteriores propietarios: zapatos viejos, ropa inservible… Pero en una de las bolsas había libros, toda esta colección editada por el Club Internacional del Libro. No solo eran físicamente hermosos, sino que albergaban grandes obras de todos los tiempos. ¿Cómo pueden abandonar a sus propios libros? ¿Por qué no los donaron a una ONG o los pusieron en una caja en la calle con un cartel, ”puede llevarse gratis los que quiera”? Los rescaté. El primero que abrí, al azar, fue este, justo en la página 111, en un cuentecillo brevísimo "El mujik y el espíritu de las aguas". ¡Pero si era el mismo cuento que me contaba mi tía Esmeralda cuando yo era niña! El de mi tía llevaba por título "El leñador bueno y el leñador malo", pero era la misma historia. Cuando mi tía me lo contó, este libro no estaba traducido al castellano, mi tía no sabía ruso… Existe una magia que hace volar las historias por encima de los idiomas, de los países, de las diferentes etnias… ¡Estoy segura!
Seguramente mañana, rescataría otros… Cada uno de ellos podría hacer gozar a lectores y lectoras de cualquier edad.
Consulta aquí todas las anteriores entregas de la serie Indispensable en mi maleta LIJ con los más importantes escritores, ilustradores y especialistas como protagonistas.
Nota - Los datos de la biografía han sido extraídos de la web personal de la autora, igual que las imágenes que acompañan este artículo.
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