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Redescubriendo a Hergé

Un amplio grupo de escolares aparece súbitamente en las primeras salas de la exposición, como la familia de Serafín Latón, para generar una instantánea tan ruidosa como divertida e inesperada al escuchar sus reacciones. La generación a la que pertenecen esos chicos y chicas conocen de forma indirecta al héroe del tupé, tal vez más gracias a la adaptación a la gran pantalla de Spielberg y Jackson, y por su posterior inclusión en el catálogo de Netflix, que por los propios cómics, a pesar de su permanente vigencia gracias a la labor de la editorial Juventud (que tiene los derechos en España); y de Tintinimaginatio, empresa creada para proteger, promover y velar por el trabajo de Hergé.

Sirve como prólogo a los primeros pasos en un recorrido, original en el planteamiento por parte de los organizadores, mediante el que podemos conocer algunos de los secretos de la trayectoria profesional del célebre artista belga, cuya muerte (de la que en marzo se cumple el cuarenta aniversario), acaparó portadas a lo largo y ancho del mundo, como demuestra la copia del periódico francés Liberation expuesta, dando una idea aproximada de su trascendencia.

Hergé. The exhibition estará instalada hasta el próximo mes de febrero en el Círculo de Bellas Artes, cuyo edificio -curiosamente- es contemporáneo de la primera aparición de su creación más popular, Tintín (finales de la década de los 20 del siglo pasado). Casi un siglo después sus salas exponen un interesante tributo al autor de uno de los iconos del arte del siglo XX. Tras permanecer instalada en ciudades como París, Quebec, Seúl, Shanghái o Lisboa, con gran éxito, está cosechando idéntico resultado en España.

Comisariada por el Musée Hergé de Bélgica, y producida y presentada por Sold Out, cuenta también con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid. Exhibe numerosos documentos personales de Georges Remí, dibujos originales, recuerdos de su etapa como publicista e incluso, por primera vez, algunas de las obras pictóricas de la colección privada del autor, que reivindica a este como miembro de pleno derecho de las vanguardias estéticas de los últimos cien años y como uno de los responsables de asentar el noveno arte a la altura del resto.

 
Musée Hergé / Sold Out a partir de los personajes de Tintinimaginatio (c)

Las primeras salas, en el piso superior, repasan algunas noticias vinculadas al fallecimiento y últimos años del dibujante, y aportan numerosas curiosidades en torno a su faceta de pintor y coleccionista, poniendo en valor la huella que dejaron en él autores como Miró, Klee o Modigliani

Tintín es historia viva del siglo XX, y ese imaginario en que se mueve (y por ende nos movemos todos los que crecimos con él, especialmente en el momento álgido de su popularidad en España, durante los ochenta); tal vez queda algo alejado de los jóvenes de hoy. Pero el poder visual que sigue ejerciendo las líneas depuradas, magistrales, que cimentaron las bases de lo que se llamó "línea clara" (término, en realidad, acuñado por el dibujante holandés Joost Swarte en 1977, con motivo de la exposición “Tintin” en Rotterdam, para designar un determinado modo de hacer historietas caracterizado por su claridad tanto en el guion como en el dibujo); cobran valor ya desde los primeros instantes en estas salas.

Hay un fragmento de la célebre entrevista que el escritor Numa Sadoul realizó a Hergé y que fue publicada por la editorial Juventud a mediados de los ochenta en España que ha sido recogida en los paneles informativos. Aquel diálogo, para los tintinófilos un equivalente al celebérrimo "El cine según Hitchcock", de Truffaut, ya deja entrever algunos pensamientos del creador que le convierten en visionario sobre el arte del cómic: "¿El cómic en el año 2000? Creo y espero que, al fin, haya adquirido el derecho de ciudadanía y se convertirá en un medio de expresión en toda regla como la literatura y el cine" 

Y es que para Hergé, desde las primeras décadas de su existencia, cuando en Europa era aún un lenguaje en pañales, el cómic siempre fue un arte de primer orden. Un arte que trabajaba al mismo tiempo que daba rienda suelta a su faceta de pintor, aspectos en los que se indaga especialmente en esa parte inicial de la muestra. 

Por las piezas e informaciones que se muestras podemos certificar también que antes de que se produjera el encuentro definitivo con el arte moderno Hergé ya estaba sensibilizado con muchas corrientes. No en vano había participado en reportajes (en las primeras revistas en las que colaboró); sobre grandes pintores referentes, desde Van Gogh hasta Durero o Goya. Y ese amor se dejaba entrever en las paredes de su domicilio o de los Estudios Hergé, en las que siempre estuvieron colgadas varias obras de gran calado, como las serigrafías de Roy Lichtenstein, que también se pueden disfrutar en el recorrido. Una relación que también se plasmó en el homenaje que le tributaron artistas contemporáneos, como Andy Warhol, a través de su serie de cuatro retratos.

Sin duda esta sección es una de las más sorprendentes y refleja muy bien esa pasión por la pintura que desarrolló, especialmente, en la década de los 60 con mentores de la talla del artista abstracto Louis Van Lint. Los cuadros que Georges Remí realizó en esa época aportan nuevos matices sobre sus inquietudes artísticas. Son cuadros en los que se deja ver un gran talento, sensibilidad y una preocupación que quedó reflejada luego en la despedida inacabada de la serie, "Tintín y el Arte-Alfa", cuyos originales podemos admirar expuestos en este maravilloso recorrido formando las letras de su célebre seudónimo sobre fondos de diversos colores.

Las vitrinas con algunas de las figuras artísticas que aparecen en otras aventuras (como el recordado fetiche arumbaya de "La oreja rota"); sirven como puente para adentrarnos en el apartado que disecciona la capacidad del belga para convertirse en "escritor de imágenes".

Y es que el trabajo de ilustrador era comparado por Hergé con el de un relojero artesano, estableciendo analogías con otras artes como el cine (en especial el mudo, que influyó decisivamente en los primeros compases de las aventuras del "reportero"); con corrientes como el expresionismo alemán o tomando elementos narrativos propios de diversos directores de cine (es indudable la presencia de varios macguffin, término y "truco" acuñado por Alfred Hitchcock, en las tramas de Tintín). En esa fase se puede disfrutar de planchas originales de "Tintín en América", "Tintín en el Congo", fragmentos de la película "King Kong" (inspiración a la hora de diseñar el "monstruo" de "La isla negra"); y distintas maquetas usadas para representar todos los detalles a la perfección en los cómics.

El paseante también puede hallar referencias múltiples a la revista homónima, publicada cada semana entre los años 1946 y 1993, en la que también colaboraron miembros (de lujo) del equipo de los estudios (Edgar Pierre Jacobs); y otros autores -sobre todo en la década de los cincuenta-, de leyenda, como René Goscinny y Albert Uderzo, Franquin, Jacques Martin, Hermann y, más adelante, otros como Hugo Pratt, Carlos Giménez, Jean Van Hamme e incluso Will Eisner.

Uno de los apartados más atractivos visualmente es el dedicado al doble álbum en el que los protagonistas (Tintín, Milú, Haddock, Tornasol, Hernández y Fernández, junto a Frank Wolff -hay alguno más pero no haremos spoiler por si alguien aún no lo ha leído, a pesar de que se publicó por primera vez hace setenta años-); viajan a la Luna. Un montaje de gran elegancia nos permite conocer diversas fases del trabajo creativo, aderezado con una banda sonora más que idónea, y que desemboca en una sala en la que se puede disfrutar de cubiertas de ediciones en múltiples idiomas, donde también intenta explicarse el verdadero significado del concepto "línea clara", que siempre definió al autor.

Musée Hergé / Sold Out  / Tintinimaginatio (c)

Entre los testimonios visuales presentes a lo largo del recorrido hay uno especialmente estremecedor por la verdad que transmiten las palabras, el de su amigo el filósofo francés Michel Serres (1930-2019), que se refiere a Remí como "uno de los mayores genios que ha conocido" y una de las personas que más ha querido". También cartas personales (firmadas por Dalí o el propio Tchang), objetos pertenecientes a su escritorio... En algunos de esos documentos se atisba también su preocupación por las acusaciones que se vertieron hacia él a raíz de seguir publicando las historias durante la ocupación alemana en un periódico local (aunque fue defendido y exonerado de esas sospechas incluso por miembros de la resistencia frente al invasor al finalizar la guerra).

Precisamente la contienda bélica mundial fue la época de madurez gráfica, el esplendor de un estilo basado en la ausencia de sombras y degradaciones, momento en el que aparecen álbumes como "La estrella misteriosa", y toma presencia definitiva el color (gracias sobre todo a la colaboración con Jacobs, ya que él solo no podía hacer frente a este proceso); y cobran vida algunos de los personajes "secundarios" que acompañarán en sus andanzas a Tintín por todo el planeta (como Haddock, que "nace" en "El cangrejo de las pinzas de oro"), un claro homenaje al valor de la amistad.

En otra sala el visitante puede disfrutar de una colección de variadas portadas de la revista Le Petit Vingtième, suplemento infantil y juvenil del periódico belga Le Vingtième Siècle, en el que nació el reportero; una de las joyas de la exposición para los tintinólogos. Acompañadas de maquetas, planchas de cómic inacabadas en distintas fases de la creación... Y apuntes que remarcan el enorme trabajo de investigación que llevaba a cabo el autor para cada nueva obra (a partir de "El loto azul", como es bien conocido).

El recorrido por la planta baja contiene un breve análisis sobre el museo que acoge los archivos del autor belga (construido en -como no podía ser de otra forma-, la Rue du Labrador 26, en Ottignies-Louvain-la-Neuve, una población cercana a Bruselas, en Bélgica), apuntes sobre la Fundación Hergé, datos biográficos expuestos de forma detallada...

También en este espacio se hace referencia a otras creaciones del autor, como Jo, Zette y Jocko, quienes aparecieron en el semanario católico francés Coeurs Vaillants a instancias del padre Courtois, que quería mostrar personajes en la línea de Tintín pero con más valores familiares (ya que el joven del tupé carecía de familia). Se muestran fragmentos de aquella publicación y otras maquetas que sirvieron como base para realizar el trabajo de esta otra serie, de la que en la actualidad hay publicados cinco volúmenes en español -difíciles de encontrar-.

Un trabajo "de encargo" por el que nunca mostró mucho afecto (venía impuesto y los editores originales no respetaron los criterios mínimos de calidad que el autor exigía para su obra); al contrario que pasó con otra serie secundaria, Quique y Flupi (Quick y Flupke, en la versión original); en la que plasmó algunos recuerdos de infancia y que vieron la luz también en la década de los años 30 en Le Petit Vingtième. Después de la Segunda Guerra Mundial las historietas aparecieron en formato álbum hasta 1969. Una nueva edición recopilatoria recuperó a estos personajes entre 1975 y 1982, y en una nueva versión entre los años 1985 y 1991 (en España de la mano también de la editorial Juventud).

Atelier Hergé

Tal y como citaba Numa Sadoul en sus "Conversaciones con Hergé" (publicado por editorial Juventud), no hay que confundir los Estudios Hergé con la agencia de publicidad Atelier Hergé, espacio donde desarrolló una importante actividad al principio de su carrera, una sociedad de publicidad de cuyos logos y trabajos también se hace eco la muestra. Situada en el número 9 de la calle Rouppe en Bruselas, tenía a Hergé y a José Delaunoit como cartelistas y autores de bandas e imágenes para sociedades y revistas...

Un aspecto tal vez poco conocido que constituye una de las partes más espectaculares de la exposición. Los grafismos, logos, portadas conforman un tesoro visual. 

En la recta final se hace especial hincapié en el papel fundamental que tuvo la obra "El loto azul", y en consecuencia el hecho de conocer a su amigo Tchang, para documentarse de cara a cada nueva aventura, algo que realizaba por placer y "honestidad" con los lectores y culturas que se representaban. En este sentido la parte final conforma todo un homenaje al amistad y el respeto ("La lección de Oriente"), con planchas a gran escala, reflexiones sobre el choque cultural que supuso el encuentro con su admirado amigo.

También al valor que el movimiento scout tuvo en su vida, con una loa a su creador, el británico Baden Powell, en un fragmento de documental -en el grupo de adolescencia fue conocido como "Zorro curioso"-; y un epílogo centrado en homenajear sus orígenes, con un análisis reposado de la primera aventura, "Tintín en el país de los Soviets", que nos devuelve a la cronología vital que sirve como pórtico.

De la visita sale uno con la cabeza inundada de ilustraciones limpias y perfectas, moldeadas en tinta china y guache, imágenes icónicas que mantuvieron su calidad y perfección durante décadas y décadas y que siguen conquistando a las nuevas generaciones. Todo aquel que acuda a contemplar esta muestra saldrá, sea neófito o "especialista" en el mundo del cómic o de Tintín, con ganas de sumergirse de nuevo en el fascinante universo que contiene esos libros de lomos amarillos presentes en cualquier librería o biblioteca año tras año, a pesar del tal vez corto recorrido (por poner alguna pega).

En torno a la actividad el Círculo de Bellas Artes está programando diversas tertulias con destacados especialistas y profesionales del sector (como Hergé, un clásico del cómic. ¿Es el cómic un clásico?, celebrada el 14 de noviembre) y permitiendo la celebración de sesiones especiales de diversos programas culturales de reconocido prestigio, como Efecto Doppler, de RNE3. Además en la puerta de acceso se ha instalado una pequeña tienda en la que se venden diversos objetos de merchandising y obras literarias ligadas a la trayectoria de Hergé, desde las propias aventuras de Tintín hasta el catálogo de la muestra, pasando por estudios y propuestas firmadas por diversos especialistas. Imposible escapar sin caer en la tentación si sientes atracción por este tipo de diseño.

Algunas obras de Hergé o sobre Tintín en Canal Lector

Gracias a Sold Out

 
 
 
 
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