La necesidad de contar, primero a través de los dibujos y más tarde también de los textos, es lo que impulsa la obra de Rocío Martínez (Madrid, 1966) desde su ya legendaria serie protagonizada por el topo Matías (Ekaré), creada hace más de una década, hasta los recientísimos Abue, cuéntame (FCE) y Los besos de Hércules (Thule), con texto de Claudia Piñero. Así lo cuenta en el vídeo de esta página de Canal Lector la ilustradora y escritora, licenciada en Bellas Artes, que comenzó su trayectoria como dibujante en los años noventa (con varios accésit del Premio Lazarillo) y diez años después decidió compatibilizar las ilustraciones para las historias de otros con sus propias narraciones, que le han valido galardones como el premio A la orilla del viento, de Fondo de Cultura Económica, por De cómo nació la Memoria de El Bosque.
¿Cómo se acerca Rocío Martínez a los textos para ilustrarlos? “Lo primero es saber qué me quieren contar con ese texto, no tanto a quién se lo voy a contar sino cuál es la base, la idea de fondo”, explica en el vídeo. “A partir de ahí, me meto en ese mundo, intento ver qué quiero yo aportar a eso, teniendo siempre la limitación del texto, yo respeto muchísimo lo que el autor quiere contar, y a partir de ahí veo qué puedo yo aportar”. Respecto de las historias propias, Martínez afirma: “Cuando los textos son míos parto de la idea global de texto e ilustración.
Por ejemplo, en De cómo nació la memoria de El bosque, necesitaba contar un mito, con todo lo que ello implicaba, y fue un encuentro realmente estupendo con el mundo del románico, descubrir en el románico ese simbolismo que yo necesitaba para esa historia. En Los versos de Hércules, era muy claro el personaje mitológico. La autora, Clara Piñero, había tomado el personaje de Hércules para explicar otra cosa que ella quería, me lo puso un poco en bandeja, el meterme en el mundo griego, y yo le añadí algo más, que fue el teatro de sombras. En general, con todos los libros es así, meterse en ese mundo que se crea en el texto y recrearlo con la imagen”.
Sobre este libro que acaba de publicar en Thule, cuenta Rocío Martínez en su página web: “Clara Piñero me ofreció esta historia para ilustrar. Al igual que ella fantaseó con el mito de Hércules para crear un cuento a la manera tradicional de cuento de hadas, yo me zambullí en la cerámica griega”. “Tomé su lenguaje, sus composiciones y su ejecución llevándola al papel, casi como si de un teatro de sombras se tratara”. “Usé otros elementos simbólicos como la serpiente, representante del enfado, o los detalles de las cenefas que acompañan cada escena para redondear esta historia tan universal y atemporal del amor entre la Luna y el Mar”.
“A la manera de las fábulas mitológicas, la Luna y el Mar se enamoraron apasionadamente, un amor imposible, un amor de lejos”, se afirma sobre este álbum en la reseña editorial. “Hércules, que había discutido con su esposa, lanzó su red tan fuerte que por accidente pescó a la Luna y la acercó al Mar. Por fin pudieron darse tiernos besos, los opérculos, que luego Hércules regaló a su esposa para conseguir su perdón. Cuando al amanecer Hércules tuvo que soltar la red, la Luna se alejó, y lloró caracolas, con las que el Mar llama a la Luna cada vez que la añora”.
Abue, cuéntame (FCE) es el segundo de los libros recientes de Rocío Martínez: “El abuelo es un gran lector y está orgulloso de su nieto Hugo. Hugo adora a su abuelo pero quisiera que le contara más historias sobre todo lo que lee. Un día el abuelo sufre una suerte de ataque que transforma su capacidad verbal: ahora, cuando habla, mezcla elementos de todo lo que lee, encadenando así largas sucesiones de ideas de una gran variedad de temas. Hugo está fascinado con la transformación, ya que ahora puede aproximarse a su abuelo con muchas preguntas y obtener respuestas interesantes sumamente impredecibles”.
En la misma editorial publicó la autora el premiado De cómo nació la memoria de El Bosque, “una historia con tintes clásicos que relata, en un primer plano, a manera de retablo medieval, la vida de una sencilla mesa de madera construida por un leñador y su paso por distintas casas y dueños. Es también una metáfora sobre el paso del tiempo, el amor, la vida, la muerte, el agradecimiento y la renovación cíclica y el potencial humano”. “Sus ilustraciones”, se explica en la reseña de FCE, “tejen un rico tapiz de colores y formas que corresponden directamente al texto pero también añaden profundidad a la historia, contienen movimiento y colorido, y detalles llenos de humor que esperan ser descubiertos por los lectores”.
Las muchas obras escritas y dibujadas por Rocío Martínez (que fue señalada en El Cultural en 2010 como uno de los diez ilustradores españoles “imprescindibles”), que ha expuesto en España y en otros países, además de participar en la feria de Bolonia y en la Bienal de Bratislava, se han traducido a varios idiomas. La artista es además una activa participante en cursos, talleres (es impulsora del espacio El Almacén en Blanco), ferias y encuentros, que le permiten estar en contacto con los lectores, con los profesionales y con los maestros. “Me influye cuando me dicen qué echan de menos, o qué echan de más, porque no puedes ir para atrás pero sí tenerlo en cuenta en el siguiente trabajo. Me gusta escuchar sobre todo lo que dicen los profesores, porque ellos están en contacto directo con los niños”.
En estos meses, Rocío Martínez participa en la exposición Estéreo-tipas. Igualdad ilustrada, en La Casa Encendida, en Madrid, en la que un grupo de ilustradoras ofrece “un mensaje de concienciación y sensibilización social sobre la igualdad de género”.
Biografía de Rocío Martínez en Canal Lector
Página web de la autora
Libros en Canal Lector
Los besos de Hércules. Clara Piñero y Rocío Martínez. Thule
Abue, cuéntame. Rocío Martínez. Fondo de Cultura Económica
El Almacén en Blanco
Exposición Estéreo-tipas. Igualdad ilustrada.
Ilustradores. El Cultural. Diciembre 2010
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