La fábrica de las preguntas puede surgir en cualquier lugar, en objetos, elementos orgánicos... siempre de la mano de insólitos animales, nacidos de la fértil imaginación de un artesano que lleva varias décadas cautivando a lectores de toda edad, Isidro Ferrer. Para lograr las hechuras estéticas por las que desfila el relato, el autor fusiona un collage de recortes en fotografías con montajes sorprendentes que permiten múltiples lecturas. Ferrada nos anima a observar todo aquello que nos rodea desde la duda, porque solo preguntando y cuestionando la realidad, en todo espacio y lugar, podemos evolucionar. Las dudas aquí no brotan para solicitar una respuesta instantánea, quedan flotando para intentar que hallemos variadas interpretaciones a medida que pasa el tiempo. De esta forma, la imaginación siempre está en efervescencia y nos mantenemos alerta ante los retos que haya que afrontar. El tono con el que ha sido concebido el argumento convierte a los más curiosos en pequeños sabios, pues solo en la infancia -con esa mirada plena de libertad y sin prejuicios-; se puede disfrutar una propuesta como esta con toda su fuerza expresiva.

Mª José Ferrada

Isidro Ferrer

Tal y como señala la editorial Andana en la descripción de la novela, la propuesta es ideal para trabajar en el ámbito educativo, y es verdad que en tiempos en los que la IA forma parte de nuestras conversaciones habituales, ofrece un diálogo entre literatura y ciencia en doble vertiente, primero a través de la narrativa de Jordi Sierra i Fabra, en ficción (aunque cada día es más realidad); después, a modo de epílogo, con las ideas que esboza Carles Sierra, investigador del CSIC en inteligencia artificial. La premisa de la que parte no es nueva (un mundo futurista dominado por un sistema autoritario que controla a la población, al más puro "estilo orwelliano"); con unas normas básicas -las directrices-, que modelan la manera de vivir, y hasta de pensar, de las personas, y anulan la libertad individual. El protagonista, que ha crecido aceptando ese ecosistema, cambia su visión al descubrir la existencia de una novena premisa, oculta hasta ahora, que pone en entredicho toda la metodología oficial. Servirá para incentivar el espíritu crítico del joven, al mismo tiempo que espolea el de los lectores. Con la maestría habitual, Sierra i Fabra plantea la eterna dicotomía entre obediencia y libertad, con una trama adictiva que busca, sobre todo, clarificar la imperiosa necesidad de no creer y aceptar todo aquello que nos cuentan desde los poderes fácticos.

El jurado de la XVIII edición del prestigioso Premio Internacional Compostela destacó esta historia, firmada por la autora y editora de A Buen Paso, Arianna Squilloni, por su original y sensitiva reflexión sobre el paso del tiempo, a través del universo emocional y pictórico trazado con "sutil fondo poético" y generadora de "múltiples lecturas". No solo el inexorable avance de los días queda plasmado, con una honda dimensión gracias al trabajo gráfico de Raquel Catalina; también hay una valiosa reflexión sobre el valor de la memoria, la importancia de la conservación y cuidado de la naturaleza o el poder que el arte ejerce en las personas, entre otros muchos asuntos. La vida de Natalia, emigrante desde el mundo rural a la ciudad, cambió con su llegada a la gran urbe. Con noventa años, reflexionando sobre lo que ha experimentado, entiende que tal vez sí logró el progreso, pero ahora es tiempo de regresar. Lejos de vivir el ocaso, el retorno a su vieja casa y a los mismos escenarios en los que creció da pie a nuevas e insólitas travesías. Con elegantes y brumosas texturas, y los silencios exactos para dar respiro e incitar la reflexión, el trabajo conjunto es sobresaliente y permite al lector realizar varias interpretaciones. 

¿Imaginas que pillas a Papá Noel en plena visita a tu casa? Pues es, precisamente, lo que le ha pasado a la protagonista de esta historia. Una vez superada la sorpresa inicial, la pequeña decide compartir con este maravilloso benefactor sus dudas e interpela al anciano sobre diversas cuestiones. ¿Querrá conocer a sus mascotas? ¿Le habrán gustado las galletas que prepararon pensando en él? A medida que avanza la increíble aventura, hay tiempo para profundizar en cuestiones más personales: ¿tiene ombligo, como nosotros? ¿Cuántos años ha cumplido ya? Al mismo tiempo, Santa Claus proporciona instantes de máxima felicidad y la posibilidad de viajar -en trineo, en bus-; o trepar hasta sitios que, a pesar del miedo, la joven no duda en afrontar. Entre los copos de nieve, Jarvis ofrece un refugio cálido para soñar e imaginar instantes compartidos que colman todos los deseos de la infancia, una oportunidad mágica para vivir unos minutos inolvidables con quien ha traído tantos momentos felices en Nochebuena y Navidad a muchos hogares del mundo. 

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Al ritmo de las rimas consonantes, mientras brotan los troqueles -efectiva y brillante ingeniería en papel-; en cada doble página, acompañamos a los Reyes de Oriente en su camino tras el cometa reluciente. Tal y como relata la vieja historia, que ha acunado a tantas generaciones, oro, incienso y mirra llevan en sus zurrones, obsequios para un Niño, de mirada dulce y un halo especial, nacido en un portal entre el buey y la mula (que aquí también toman partido en la narración). A esos mismos monarcas, los niños de todas las generaciones siguen escribiendo cartas, llenas de ilusión y buenas voluntades, a la espera de que algo llegue a cada hogar. Mientras tanto, bajo las luces del árbol, al calor de la familia, entre celebraciones y cabalgatas, el relato invita a conservar la ilusión en una lectura compartida, de tintes teatrales, que garantiza la atención por el cálido y colorista trabajo de Inaraja, fiel a sus premisas gráficas habituales, y al espectáculo tridimensional que genera el paso de las páginas, una experiencia analógica que estimula la imaginación y mantiene la esencia del relato bíblico en los primeros lances.

¿Crees en los gnomos? ¿Ocurren con frecuencia cosas inesperadas a tu alrededor? El pequeño guía que nos acompaña en la lectura deja claro que lo que ocurre en su mundo no es un juego fantástico ni lejano, y no duda en compartir secretos y curiosidades sobre las normas e intereses que rigen este peculiar universo (no visible a primera vista) Las ilustraciones, coloristas y muy divertidas, invitan a escudriñar cada escena y comparar con las cosas que nos rodean (tal vez así creas un poco más al protagonista). Estructurado como un tratado antropológico sobre estos diminutos seres con los que convivimos, explica cómo es su día a día, ofrece ideas para desarrollar actividades y manualidades propias de su sociedad, y asegura horas de diversión, a la vez que reafirma el imaginario de muchos niños y adultos que siguen convencidos de su existencia. En 2024 obtuvo, en su país de origen, el premio Silver Brush, con el que Literatuurmuseum / Kinderboekenmuseum destaca los libros infantiles mejor ilustrados cada año.

Como el protagonista, la novela de Mary Shelley toma aliento y disfruta de una nueva vida en cada versión, ofreciendo matices extra para los amantes de una de las novelas góticas por excelencia. Dos siglos después de su primera publicación, el paso del tiempo ha agrandado su huella gracias a revisiones excelentes (en cuanto a edición y a diseño gráfico complementario); y a las constantes adaptaciones audiovisuales (desde el cine paródico de Mel Brooks hasta la última versión de Guillermo del Toro, favorita a todo en todos los grandes premios cinematográficos previstos para 2026). La narración, enriquecida con las espectaculares ilustraciones del artista francés Stan Manoukian, permite ahondar en los conflictos anímicos y en la psicología de los personajes. La sinopsis es bien conocida, el Dr. Frankenstein consigue crear una criatura a partir de despojos humanos y contempla aterrado cómo el poder de la relación pasa a manos del monstruo, un ser rebelde y atormentado que busca el amor y la plenitud, pero que sólo despierta intolerancia y sufrimiento. Manoukian, reconocido "monster lover", ha utilizado técnicas artesanas para imitar las texturas de los grabados típicos del XIX (Gustave Doré, Franklin Booth...); en blanco y negro. Merece la pena seguir sus pasos como uno de los iconos de los que se ha llamado post lowbrow, movimiento artístico que combina pop art, fantasía oscura y surrealismo.

Nuestros gamberretes preferidos regresan con diez nuevas aventuras en donde intuimos que están empezando a experimentar los cambios propios de la adolescencia con toda su plenitud. Hormonas revueltas, primeros sentimientos amorosos de alta intensidad, rivalidades y peleas furtivas, fiestas y "pijamadas"... Pero ello no implica que sigan manteniendo algunos miedos y temores, que ayudan a conocer un poco más de cerca a los carismáticos protagonistas, o que se interesen por los asuntos de permanente actualidad. El guion no elude las palabras malsonantes, elemento necesario para reflejar algunas expresiones propias de la juventud, y aborda temáticas interesantes para los chicos y chicas de hoy, como el cambio climático o la afición por la comida vegetariana, siempre desde una óptica humorística e irreverente. ¿Podrá sobrevivir la amistad ante las emociones que sienten por la misma compañera de clase? Las historietas están secuenciadas en tramas de diez planchas, estructuradas con una alternancia de ilustraciones a página completa con viñetas dispuestas en dos por dos. Todos los escenarios en los que transcurren son cotidianos y reconocibles para cualquier adolescente (el instituto, la habitación, el parque...)

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Cada segundo cuenta en esta novela que emparenta, de alguna forma, con las propuestas literarias ligadas a la corriente "Escape Book", cada vez más habituales en la narrativa actual. El joven aspirante a inventor que da nombre a la colección que aquí se inicia, vive con su padre en las tripas de uno de los monumentos más icónicos de Londres: el Big Ben. Al mismo tiempo que las manillas parecen enloquecer, se produce la desaparición de aquel, relojero oficial, con solo unas pocas pistas como base para la investigación. Asumida por su hijo como un tema personal, al tirar del hilo descubrirá que, en realidad, el complot está tejido desde las más altas esferas y que hay una razón evidente y conspiratoria. La trama permite al lector asomarse a otros rincones típicos de la capital británica, al mismo tiempo que esboza principios científicos muy interesantes y presenta personajes secundarios con enjundia. Las ilustraciones (un reloj al comienzo de cada episodio y pequeños apuntes en blanco y negro para destacar escenas concretas); son obra de la joven artista Stephanie Shafer. Un thriller de aventuras muy interesante, estructurado en capítulos breves, con certeros giros, bien dosificados, que garantizan una lectura adictiva mediante la que, al mismo tiempo, podemos ampliar conocimientos sobre elementos tecnológicos e históricos.

Las artistas han existido desde tiempos prehistóricos. Así te lo demuestra nuestra pequeña protagonista, capaz de quedar absorta en el proceso de creación de un dibujo mientras sus congéneres pasean, imponentes, por un extraño mundo en construcción. En vez de dedicarse a otras lides, observa las maravillas de la naturaleza, captura los momentos de alegría, transforma lo bello del entorno en arte. De esta forma alimenta su imaginación, que no tiene límites. Tanto es así que decide emprender un viaje, comenzar una nueva etapa para seguir ampliando los horizontes de la creatividad. Con valentía llega a una insólita ciudad (a imagen y semejanza de las actuales); en donde traba amistad con una niña que ayuda al personaje principal a reivindicar su talento y afrontar los senderos del arte superando cualquier adversidad (la soledad, la falta de concentración, la ausencia de ideas cuando nos sumergimos en la grisura...) Ojalá todas las urbes albergaran una virtuosa criatura como esta para transformar lo oscuro en luminoso, tal y como hace el reconocido autor e ilustrador británico en su nueva propuesta, un título más en su sólida trayectoria siempre ligada al fomento de la narración visual y al apoyo a los más pequeños a la hora de explorar y desarrollar todas sus facetas artísticas.

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¿Cuál es el mayor tesoro que puede contener un cofre? Tal vez te sorprenda, pero podría ser un hatillo de palabras. Son cruciales para entendernos, analizar el mundo con mirada crítica y compartir sentimientos de toda índole. Óscar, el protagonista, encuentra múltiples vocablos en el interior de un baúl que ayudan a generar situaciones diversas, arreglar desacuerdos o transformar el físico y las relaciones personales. Como un hechizo, su poder permite evolucionar, unir... hasta que se agotan. Es el momento entonces de inventarlas, la pronunciarlas adquieren una "fuerza mágica" capaz de seguir modificando nuestro mundo. El valor simbólico del relato, poblado de matices, se antoja ideal para utilizar en una sesión de lectura en el ámbito escolar, como base para el diálogo en torno a un tema en un club de lectura infantil o un taller sobre creatividad artística. Al mismo tiempo, la presentación gráfica que esbozan los autores ayuda a incentivar la imaginación e invita a experimentar con la escritura. En su país de origen, Alemania, ha obtenido numerosos reconocimientos en 2024, entre los que destacan la elección como "Mejor cubierta" por el Buchcover Award, su inclusión en el listado de "Los mejores libros de marzo" realizado por DeutschlandFunk Kultur, o la mención como "uno de los libros alemanes más bonitos del año" para la Fundación Buchkunst.

Con una sorprendente economía de recursos, Giuliano Ferri logra incentivar en los más pequeños el interés por construir nuevas realidades, en armonía, con quienes tenemos al lado. La metáfora, sutil, comienza con el momento en el que uno de los protagonistas, todos ellos animales humanizados, arranca una flor de un muro, gesto que permite atisbar, a través del hueco, lo que hay más allá de la pared. Y, en efecto, otro mundo es posible. En un trabajo cooperativo, la singular pandilla desmonta la muralla y conoce a los que viven más allá, no muy diferentes a ellos. Guiados por el instinto, deciden construir un puente que conecte ambas realidades. La propuesta gráfica, tan sencilla como efectiva, permite deslizar los profundos valores humanos que esconde la trama de forma sutil para que los lectores infantiles tomen ejemplo e interioricen conceptos que garantizan la convivencia. El libro está editado en un formato adecuado para su manejo, de forma autónoma, con todas las garantías de seguridad y en papel de gran gramaje, a prueba de golpes y derrames accidentales de líquidos.

El artista japonés Masakatsu Shimoda aborda, mediante una narración metafórica estructurada en escenas descendentes (comienza sobre la cubierta de un barco y termina en el fondo del mar); los últimos minutos de vida de un peligroso pirata que, derrotado en un combate cuerpo a cuerpo, va desintegrándose metro a metro en su contacto con los animales humanizados que pueblan el océano (tanto la anatomía como los objetos de valor que portaba). Con cada elemento, el personaje parece liberarse de las cosas superfluas, incentivando al lector a pensar en las cosas que, realmente, merecen la pena o tienen importancia para cada uno. Hasta en las sombras de los más aguerridos corsarios hay un hálito de fragilidad, que el ilustrador captura muy bien en un doble plano. Las imágenes, dispuestas a sangre, impactan por el tratamiento de color (una paleta de tonalidades que ambientan a la perfección ese descenso a la zona abisal). Original y provocador, el álbum obtuvo una mención especial en la edición 2024 de los prestigiosos BolognaRagazzi Awards.

Todo el que se haya sumergido con anterioridad en la hipnótica narrativa de la autora británica sabe que Hardinge posee un talento innato para configurar mundos fantásticos, sometidos a reglas particulares, donde es visible el poder e influjo de la naturaleza sobre los humanos. En esta nueva colaboración con la excelente artista Emily Gravett, -ya lo había hecho en La isla de los susurros-; diseñadora ideal para dar vida a esos universos particulares, ofrece una incursión por un universo inesperado, formado por humildes tribus residentes entre los restos de un gigantesco y dañado Muro que, en su momento de esplendor, trató de frenar el avance implacable del Bosque. Pluma parte de una de esas zonas aisladas, traicionada por Merildun, y queda varada más allá de la construcción. Sin apenas confianza en ella misma, el viaje iniciático demuestra a la joven sus verdaderas posibilidades, y poco a poco -en compañía de un hurón-, labra un sendero de conocimiento e intercambio de sabidurías hasta llegar al mar, verdadero símbolo de la libertad. El tono de la novela no es, en ningún momento, moralista, hay múltiples aristas y posibles interpretaciones, algo habitual en el estilo de esta escritora. Como complemento, las enredaderas -apuntes gráficos que se enroscan en los arrabales del texto-; y las láminas a página completa, capturan esa atmósfera a ratos angustiosa, a través de diseños a lápiz, con posterior retoque digital, en tonalidades blancas, verdes y sombrías. Un relato tan breve como complejo que reivindica a la creadora de Brighton como una de las voces más originales del fantasy actual.

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La autora, en el marco del proyecto "Lectura ambiciosa y valores democráticos" de la FGSR, visitó recientemente Madrid (Casa del Lector) y Segovia

Un cómic interactivo que sigue las premisas de las publicaciones, tan populares en los años ochenta, de "Elige tu propia aventura". Nace a partir de la instalación dramatizada homónima, que ha sido desplegada en diversas poblaciones de Cataluña y se encuentra disponible en la web oficial del colectivo responsable de su dinamización, Itinerània, una compañía especializada en Artes de Calle que, habitualmente, utiliza el juego o la interacción como lenguaje para contar historias. Max, entre otras muchas cosas, Premio Nacional de Cómic, dibujó y guionizó esta propuesta sobre los paneles y ahora, hayamos tenido la oportunidad de visitar aquella muestra o no, podemos disfrutarla en papel. Acompañamos a ¿una urraca o una garza?, en un itinerario diseñado siguiendo los preceptos gráficos habituales de este genio del noveno arte -trazos limpios, economía de fondos, máxima expresividad...-; camino poblado de oportunidades divergentes y decisiones que condicionan el destino de la protagonista. Dependiendo de tu intuición y acierto, logrará o no encontrar a un cuco, astuto y huidizo. Con claros homenajes al cartoon, incluso a figuras emblemáticas de la pintura (hay un guiño a "La persistencia de la memoria", de Dalí, y al propio artista, también bebe del movimiento surrealista en algunos pasajes); el laberinto nos conduce por senderos inesperados, con muchas sorpresas (como esa sección central en color, justo la que recrea el contacto del animal con la naturaleza en su máximo esplendor); y expresivas situaciones, que por momentos nos trasladan a principios del siglo XX por los detalles modernistas; que el personaje principal resuelve con mayor o menor paciencia e impulsividad. Un delicioso proyecto para disfrutar a cualquier edad.

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No hay nada como salir de la zona de confort para experimentar la sensación de "estar vivos". A esta conclusión llega Bat, cansado de pasar meses y meses escondido en la oscuridad de una cueva. ¿Qué ocurre, durante este tiempo, en el exterior? ¿Es bonito el paisaje lejos de la gruta? En su deseo por descubrir otras realidades abandona el agujero, pero sufre un pequeño accidente con un flamenco. Este encuentro fortuito cristaliza en una simpática amistad. Los afectos mutuos impulsan a la pareja a descubrir cómo es el hábitat de cada uno, esto permite al murciélago -tomando las lógicas precauciones-; disfrutar de un día de sol y mar en compañía del colorido clan de su nuevo amigo y a este, a probar cómo es el descanso en vertical, o el contacto con miles de congéneres colgando de un mismo techo. Los protagonistas, tras unas vivencias inolvidables (de forma indirecta, una invitación a los más pequeños de la casa a no tener miedo a salir de las rutinas y a apreciar el valor de la diversidad); quedan emplazados a disfrutar nuevas andanzas en la siguiente primavera, al regreso de la obligada migración a zonas más cálidas y del descanso invernal, respectivamente. Los personajes estilizados y expresivos del artista británico, afincado en Copenhague, se mueven en escenarios de colores intensos y texturas imaginativas, diseñados mediante una combinación de técnicas analógicas y digitales que confieren a las ilustraciones un estilo muy personal, divertido e identificable.

Un proyecto artístico con veinte ideas DIY que invitan a los más lectores infantiles a reproducir diversos monumentos y edificios emblemáticos de todo el mundo a pequeña escala. Cada capítulo incluye cuatro páginas. En la primera se describe el espacio escogido con algunos datos básicos y curiosidades, a continuación, los más curiosos deben imitar cada detalle del mismo a partir de una serie de sugerencias y materiales. Buena parte de esas manualidades tienen como base el reciclaje, con la idea de fomentar esta dinámica en nuestra vida diaria, no solo aplicada al ocio. De esta forma se permite a los chicos y chicas indagar sobre diversos estilos, técnicas, materiales de construcción, algo que, a la edad a la que va dirigida la propuesta (aunque, en realidad, disfrutarán tanto ellos como los mayores que los acompañen en el proceso); es especialmente motivador. Para llegar a buen puerto es necesario primero disponer de una adecuada caja de "herramientas", y no ceñirse a los parámetros que dicta la autora (Joséphine Seblon, que ya publicó junto al mismo ilustrador un libro de corte similar, pero centrado en las obras de otros veinte creadores de otras ramas artísticas); sino dejarse guiar por la imaginación y el instinto propio. Una oportunidad para recrear y descubrir desde los secretos de Stonehenge (monumento prehistórico ubicado en Wiltshire, Inglaterra); las pirámides de Guiza, en Egipto; el laberinto de Teseo (¡con canicas!), un iglú inuit, un tipi de la tribu de los "Pies negros" o una fortaleza medieval... Hasta los modernísimos e inspiradores mercados de Dadaji, en Níger, o el Museo de Arte Contemporáneo Odunpazari en Turquía. Nunca en tan pocas páginas se concentraron tantas valiosas ideas para edificar maquetas divertidas e inspiradoras y pasar una tarde muy divertida.

No hace mucho tiempo, Viviane Schwarz nos presentó un libro poblado de gatos. En este nuevo proyecto asegura que no encontraremos ninguno, pero creemos que nos está engañando. Los troqueles de cubierta son la principal evidencia: dos pares de ojos felinos miran atentamente al lector. Y nada más pasar las guardas certificamos la realidad. Sorprendemos a los mininos en plena travesura, y lejos de amilanarse entablan conversación directa con aquel que se atreva a seguir avanzando entre las páginas. Seguro que recuerdas a Chiqui, Luna y Andrés. Mantienen intactas sus ganas de jugar y pasarlo bien, y para ello no dudan en metamorfosearse con los desplegables, e incluso a abandonar la acción, si es preciso, y dejar una postal de recuerdo. Su afán por conocer mundo es difícil de reprimir, ¡y nosotros encantados de que estén tan activos! Buen humor garantizado en una nueva aventura interactiva repleta de sorpresas, momentos inesperados y fechorías. En el diseño de las escenas y personajes la autora emplea elementos propios del lenguaje del cómic, que combina con las pinturas al agua y los retoques digitales para posibilitar la "salida al mundo" de los protagonistas, tan curiosos y preguntones como siempre.

Tras un placentero sueño, durante el descanso en plena naturaleza, el protagonista abre los ojos y no distingue entre fantasía y realidad. Los personajes que interpelan al niño son reales, pero imposibles. Temeroso y desorientado, pide ayuda a seres diminutos y a una anciana que, como su propio nombre indica, parece saberlo todo, que dan pie a una travesía en la que encontramos trazas de relatos clásicos. Un sendero amarillo, como el que conduce a Oz; una tierra de pequeños habitantes, como en las andanzas de Gulliver; troles y "primos" de Humpty Dumpty, un barbudo capitán de submarino, como recién llegado de un recorrido de 20.000 leguas; un conejo que juega a las cartas en una corte imposible (¿es Alicia la que observa la partida?); un laberinto atestado de juguetes... Todo es posible en esta fascinante travesía, en la que se combinan cameos de los clásicos con intervenciones de otros iconos de la cultura popular (¿Está He-Man participando en el picnic junto a los ositos, Mi Pequeño Pony y la muñeca Barbie?) Nordqvist, uno de los grandes autores de la literatura infantil sueca del siglo XX, da rienda suelta a su imaginación e invita a sumarse a la insólita aventura a todos los lectores. Las ilustraciones, dispuestas a sangre, destilan color, calidez y están trufadas de cientos de detalles, con algunos añadidos en formato cómic que aliñan la trama y aportan sugerentes matices. ¿Preparados? El camino dorado puede llevarnos a mil sitios, en poco tiempo, si confías en el guía.

El mundo de Sven Nordqvist en Canal Lector

La bicicleta, junto con el vinilo o el dado, objetos que nunca dejan de ser actuales, merecía un libro íntegramente dedicado a reflexionar sobre su origen, evolución, tipologías y todo tipo de ideas relacionadas al noble arte del pedaleo. A través de treinta y un capítulos, profusamente ilustrados, alternando la secuenciación de cómic con las infografías o el dibujo a página completa, la pareja de creativos checos, por supuesto ciclistas en "cuerpo y alma" a tiempo completo -como se describe en la biografía-; comparten curiosidades, minuciosos detalles de su anatomía mecánica, apuntes históricos, pequeños homenajes (por ejemplo a los distintos inventores que fueron mejorando la idea inicial); ejemplos de la cultura cívica que implica su uso en la gran ciudad, éxitos deportivos y secciones sobre indumentarias apropiadas... Incluso un apartado dedicado a ese peligro que llevan implícito, las temibles caídas, distinguiendo los diferentes tipos de superficies o elementos que pueden propiciar el accidente. Ameno, muy original e inspirador, genera interés y despierta el espiritu aventurero a los lectores que ya la usaban y, estamos seguros, que unas tremendas ganas de empezar o retomar el hábito a los reacios que, seguramente, de niños fueron grandes corredores.