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Mis razones
 Shinsuke Yoshitake

Esas costumbres tan feas que a veces tenemos en la infancia… En el proceso de aprendizaje para ser autónomos en hábitos higiénicos los pequeños deben superar varios “enfrentamientos” con los mayores para abandonar prácticas tan desagradables como hurgar en la nariz, morder las uñas, no parar de mover las piernas mientras estamos sentados… Lo mismo ocurre con habituales travesuras propias de la edad (hacer equilibrios sobre los bordillos, saltar sobre las camas, morder las pajitas al beber…); sin embargo Shinsuke Yoshitake, con su personal estilo, aporta un poco de luz a los padres al mostrar las “verdaderas” razones por las que los niños llevan a cabo esas actitudes. La imaginación desbordante del protagonista, que justifica cada acción de forma muy divertida, contagia a su madre y deja en evidencia que, por mucho que tratemos de proyectar una imagen “seria y responsable”, ¡nunca abandonaremos del todo la infancia! A medio camino entre el cómic y el libro ilustrado, el autor japonés sigue ambientando sus dulces historias en ese periodo mágico de nuestra existencia demostrando que conoce su imaginario como pocos…

 

PIENSA
 Shinsuke Yoshitake

Cada día, en nuestra actividad cotidiana, surgen miles de dudas y preguntas. ¡Lo contrario demostraría algo terrible y nunca deseable: que hemos dejado de tener curiosidad!. En la infancia, especialmente, esas cuestiones se acrecientan y la visita al colegio, la interacción con la familia y los amigos, la felicidad que se siente en un determinado momento o el descubrimiento de, por ejemplo, la mentira, en una relación generan un torrente de interrogantes que el artista japonés Shinsuke Yoshitake resuelve con sencillez y buen humor (por momentos algo escatológico). Secuenciado en un formato híbrido entre el cómic y el libro ilustrado para pequeños lectores, divide las escenas por temáticas y espacios, recreando diálogos y acciones en donde es posible encontrar sintéticas respuestas a las dudas “filosóficas y existenciales” de los niños. Yoshitake repite la misma fórmula exitosa, en el plano estético, que anteriores propuestas como ¡No soy un monstruo!, Gotitas, Ese robot soy yo, La Curiosa Librería, Ser o no ser... una manzana o Atascado, todos ellos de gran éxito.

 

¡NO SOY UN MONSTRUO!
 Shinsuke Yoshitake

A veces resulta muy difícil saber gestionar los sentimientos durante la infancia. No hay premisas claras y la imaginación permite dar rienda suelta a los más "bajos" instintos. Nuestra protagonista tiene escasas simpatías por varias personas, aunque reconoce que odiar "es una pérdida de tiempo". Hasta el momento en el que sea mayor, tiempo para el que estima que ya tendrá una mejor perspectiva sobre las personas y determinadas actitudes, se enfrenta a sus malos pensamientos, que identifica con un monstruo terrible que modifica la conducta de todos. Una interesante reflexión ilustrada del artista japonés Shinsuke Yoshitake, que ya cautivó a los lectores con propuestas -siempre originales- como Gotitas, Ese robot soy yo, La Curiosa Librería, Ser o no ser... una manzana y Atascado; en la que afronta dudas y conflictos escasamente tratados en la literatura infantil. Secuenciado siguiendo algunas estructuras propias del cómic, la obra puede considerarse un divertido manual de psicología con el que indagar en las personalidades de los que más se enfadan de casa.

GOTITAS
 Shinsuke Yoshitake

Taro tiene un pequeño problema. Siempre que hace pis algunas gotitas quedan en el calzoncillo, y claro, mamá se enfada. Por eso el pequeño ha desarrollado una técnica que consiste en pasear mientras el asunto se seca para pasar inadvertido. En ese deambular ha decidido hacer un "sondeo de campo" e interrogar a todas las personas que encuentre, a ver si alguien más sufre el mismo inconveniente. Cuestiones embarazosas para unos, válvula de escape para compartir los problemas para otros, el caso es que no es capaz de encontrar a nadie al que le toque pasar por el mismo trago. Sin embargo, al llegar a casa descubrirá que "no está solo" a través de una confesión inesperada. Una divertidisima historia que ayudará a los pequeños a tomarse con humor esos pequeños descuidos, comunes en los niños que empiezan a desarrollar hábitos autónomos, ilustrada con el ritmo y la magia habitual del genial artista japonés Shinsuke Yoshitake.

Ese robot soy yo
 Shinsuke Yoshitake

SI existen ya robots que nos limpian la casa o friegan los platos, ¿por qué no conseguir uno que suplante nuestra personalidad a la hora de llevar a cabo otras tareas poco atractivas, especialmente en la etapa infantil? Esto debió pensar el pequeño protagonista de esta historia, un híbrido entre álbum ilustrado y cómic (contiene elementos de ambos formatos); harto de deberes, ordenar el cuarto y otros quehaceres diarios. Sin pensarlo dos veces destina todos sus ahorros a la compra de una máquina con la que mantiene una interesante conversación que sirve como hilo argumental del relato. Su descripción del “yo” constituye una inteligente disección de la personalidad del niño a través de un detallado análisis de las relaciones personales, anatomía, aficiones, deseos, hábitos, gustos… A partir de un limitado uso de la paleta cromática (verde, amarillo, blanco, marrón), el reputado artista japonés ilumina con su “línea clara” el paseo hasta casa de los “nuevos amigos”, un trayecto que culmina con la primera acción programada del androide que arrancará más de una sonrisa, del que brotan múltiples esquemas y desarrollos de escenas cotidianas.

 

La Curiosa Librería
 Shinsuke Yoshitake

A las afueras del pueblo abre cada día una tienda muy especial, La Curiosa Librería. Los lectores piden consejo a su gestor para encontrar historias sobre todo tipo de materias en los soportes más ingeniosos: libros peculiares, relatos sobre profesiones, acontecimientos y lugares famosos, incluso obras que hablan también de las propias librerías o de las bibliotecas. Nuestro amigo nos explica, a través de pequeñas historias que beben de estéticas y elementos propios de lenguaje del cómic, cómo cultivar un árbol escritor, a la vez que ofrece divertidos catálogos de libros hechizados, máquinas fantásticas que potencian la experiencia lectora, plazas en campamentos intensivos para libreros e incluso un completo plan de mejora de competencias para esta profesión que incluye desde la organización de los materiales (en tono humorístico), hasta el proceso correcto para envolver cada cuento. La obra incluye igualmente ocurrentes iniciativas como los perros prescriptores o los denominados “guardianes del buen gusto”, para que las colecciones que atesoramos no “se pierdan con el tiempo sin pena ni gloria”. Shinsuke Yoshitake ha irrumpido con gran éxito en el panorama de la literatura infantil en los últimos años con proyectos gráficos tan ingeniosos como Ser o no ser… una manzana (Libros del Zorro Rojo, 2019); o Atascado (Bárbara Fiore, 2018)

 

Ser o no ser... Una manzana
 Shinsuke Yoshitake

A veces las cosas no son lo que parecen… ¿O sí?
Hay una manzana sobre la mesa y su presencia no es indiferente para el pequeño protagonista de esta divertidísima historia. Su aspecto es muy apetitoso pero quizá encierre algún que otro secreto. El artista japonés va abriendo puertas y puertas a la imaginación, construyendo aventuras y nuevas utilidades para la fruta. Las infinitas e ingeniosas variantes, una explosión de creatividad que cristaliza en múltiples relatos y desemboca siempre en la carcajada del lector, está secuenciada siguiendo el patrón gráfico al que el autor nipón nos tiene acostumbrados: uso de pocas tonalidades para confeccionar escenarios y personajes, alternancia de viñetas e ilustraciones a sangre con determinados elementos propios del lenguaje del cómic (nubes de pensamiento); y una permanente apuesta por la sonrisa que convierte el álbum en una deliciosa sorpresa a cualquier edad. 
Después de todo, tal vez lo mejor que podemos hacer es probar nosotros mismos su sabor. ¿Estáis preparados?

 

Atascado
 Shinsuke Yoshitake

Los papás y mamás saben que uno de los espectáculos más divertidos a los que se puede asistir en la vida cotidiana familiar es el momento en el que los pequeños empiezan a intentar quitarse o ponerse la ropa solos. Ganar esa autonomía requiere unas habilidades que, en ocasiones, suponen movimientos imposibles, atascos involuntarios y, sobre todo, escenas descacharrantes. Precisamente eso es lo que le ocurre al protagonista de esta historia, justo antes de tomar su baño diario pretende despojarse de la camiseta, pero queda atrapado. Tras luchar infructuosamente contra los elementos se da por vencido y comienza a imaginar cómo será la nueva vida en esa postura, que acepta resignado. La imaginación del autor japonés nos regala escenas hilarantes, planteadas con un estilo gráfico exento de barroquismos, efectivo y cercano a los preceptos de la llamada línea clara del cómic europeo, que deja abierta la puerta a nuevas dificultades para el niño. Ideal para pasar un rato relajado en compañía, su lectura confirma que determinados pasajes de la infancia son igual de simpáticos en todas las latitudes.

 

 
 
 
 
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