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Recientemente se ha presentado el estudio Qué leo y qué quiero leer en el Centro de Extensión de la Universidad Católica Pontificia de Chile, un trabajo firmado por los investigadores Kristina Cordero y Pablo Chiuminatto en el que se analizan las preferencias lectoras de los usuarios millenials que utilizan habitualmente las bibliotecas DIBAM y VIVA de este país.
Tras un largo proceso de entrevistas, encuestas y focus group, en el que participaron tanto jóvenes como trabajadores de las bibliotecas, los autores han extraído una serie de datos que definen las formas de consumo y los gustos de este sector de edad en Chile, hábitos que pueden exportarse en muchos casos a otros países.
En lo que se refiere a los temas, destaca el creciente interés por la historia, casi al mismo nivel que el que despierta la fantasía, el terror y la ciencia ficción, colocando en un segundo escalón los libros de misterio, thrillers y policiacos, y en último puesto a la poesía.
En cuanto a los soportes, más de la mitad aboga por el libro impreso, frente a tan solo un 8% que prefiere el digital, si bien existe un buen porcentaje que cree que lo ideal es la convivencia de ambos soportes, pues cada uno tiene "su momento" y sus usos particulares.
Foto: J. Leung
En la sección en la que se analiza el compromiso de los usuarios con actividades vinculadas a la lectura en internet, una 20% confiesa participar en apps o foros en torno a fanfictions, otro tanto forma parte de comunidades de lectoescritura como Wattpad y el mismo volumen confiesa jugar online con otros jóvenes de la misma edad (videojuegos en red, eSports...)
Acerca del fondo que ofrecen las citadas bibliotecas chilenas, la gran mayoría (un 91%) confiesa estar "muy satisfecho", lo que es una excelente noticia para los coordinadores de estos espacios y para aquellos profesionales que desarrollan su labor semanalmente junto a usuarios de este grupo de edad.
Foto: Nicole Honeywill CCO
El estudio también habla del perfil de lecturas que habitualmente escogen los colegios para incentivar a los jóvenes, un canon literario que permanece imperturbable a pesar del paso del tiempo; al igual que de la importancia del espacio físico en las bibliotecas, en el que los autores creen que hay que realizar cambios implementando nuevas tecnologías, usos y secciones.
La investigación se ha desarrollado bajo el patrocinio del Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, con jóvenes asiduos a 16 bibliotecas públicas de 12 comunas de la Región Metropolitana.
Puedes acceder al estudio completo a través de este enlace.
Imagen de portada: iam Se7en
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