Fernando Claudín utiliza una prosa ágil, vibrante y hasta desgarrada para dar un repaso a las patologías de la sociedad de consumo: la bulimia, la adicción de los adolescentes a los videojuegos, la ausencia de comunicación entre padres e hijos y la brutal competitividad empresarial.El hilo argumental es una oscura intriga empresarial y los miembros de dos familias de clase alta son los conejillos de indias utilizados para retratar una sociedad en la que los valores preponderantes son el dinero y el éxito a cualquier precio. Fernando Claudín utiliza una prosa ágil, vibrante y hasta desgarrada para dar un repaso a las patologías de la sociedad de consumo: la bulimia, la adicción de los adolescentes a los videojuegos, la ausencia de comunicación entre padres e hijos y la brutal competitividad empresarial.El hilo argumental es una oscura intriga empresarial y los miembros de dos familias de clase alta son los conejillos de indias utilizados para retratar una sociedad en la que los valores preponderantes son el dinero y el éxito a cualquier precio.

La serpiente de cristal

Sergio pulsó los botones de la consola por enésima vez, gravitando al borde de la silla giratoria, con los ojos a un palmo apenas de la pantalla del televisor de treinta y dos pulgadas, balanceando la cabeza al ritmo del monigote que progresaba en la pantalla, curvando el espinazo en una posición inverosímil, los pies de puntillas en el suelo, gruñendo o suspirando o profiriendo gemidos de aprobación o exclamaciones de alegría, entre parpadeos o fruncimientos de cejas que encuadraban los ojerosos ojos donde se reflejaban las imágenes del videojuego.