Un texto emotivo y cadencioso para contar una historia de amor desde el punto de vista de un niño: amor de pareja y entre padres e hijos, y entre abuelos y nieto. Y de cómo juntos se sobreponen a la muerte y la tristeza cuidando de aquello que amaba el que se ha ido. Un tema difícil tratado con delicadeza y sabiduría, y al que el autor sabe sacarle el brillo y los colores más hermosos. Las ilustraciones, en la misma línea serena y vitalista, invitan a recrearse en su rico colorido desde las guardas.Un texto emotivo y cadencioso para contar una historia de amor desde el punto de vista de un niño: amor de pareja y entre padres e hijos, y entre abuelos y nieto. Y de cómo juntos se sobreponen a la muerte y la tristeza cuidando de aquello que amaba el que se ha ido. Un tema difícil tratado con delicadeza y sabiduría, y al que el autor sabe sacarle el brillo y los colores más hermosos. Las ilustraciones, en la misma línea serena y vitalista, invitan a recrearse en su rico colorido desde las guardas.
El barco del abuelo
En el muelle hay un viejo barco. Se llama Bígaro. El Bígaro era el barco del abuelo. Salía a navegar en él todos los días. Al abuelo le encantaba navegar en el Bígaro. «Es una belleza, ¿no te parece? –decía riendo–. Y añadía–: ¡Aunque no tanto como esta preciosidad que tengo aquí!». Y entonces abrazaba a la abuela y le daba un beso. El abuelo quería mucho al Bígaro. Pero aún quería más a la abuela.