Rosanda o el arte de birli birloque
Su madre se había levantado más tarde que ella. Rosanda se preguntaba para qué tendría su madre ese despertador tan grande sobre la mesilla de su cuarto, si era ella la que oía la alarma todas las mañanas y la que tenía que ir a despertarla.
La verdad es que a Rosanda, en general, le gustaba madrugar. Bueno, no es que le gustara, es que le salía así. Unos días más que otros, claro. Por ejemplo, en fin de semana: sábados y domingos, Rosanda madrugaba muchísimo porque en la tele ponían dibujos animados...