El mago de Esmirna

Cuando Shaban cumplió catorce años dijo su padre, el Mago de Esmirna:
-Conmigo has recorrido muchas tierras y mares, desde las orillas del Eúfrates hata la antigua Lusitania, bañada por el Atlántico. Muchas de las apariencias del mundo, por tanto, no te son extrañas.
Shaban escuchó en silencio aquel preámbulo. Su padre, el Mago, se había puesto una de sus túnicas de gala, adornada con laminillas que brillaban incluso en la penumbra de la estancia. En sus manos relucían los anillos de sus antepasados. Todo indicaba que la ocasión era solemne, extraordinaria.