Luna de Leyenda I. La batalla
«... En los últimos minutos la cara del comandante Arcana había adquirido una constante expresión de preocupación. En su frente relucía una fina red de brillantes gotitas de sudor y la mirada de sus ojos grises parecía adherirse a la infinita superficie panorámica de la pantalla. Un silencio invadía la central de combate del Warlord II, atestada de personas, máquina y centelleantes ordenadores. Nadie hablaba y hasta el sordo zumbido de los propulsores iónicos, que en los últimos años se habían convertido en un factor constante de la vida a bordo, parecía que esta vez se había hecho más silencioso...»