El oso con la espada
Érase una vez un oso que tenía una espada. El oso estaba muy orgulloso de ella:
–Mi espada puede cortarlo todo! –decía.
Y para demostrarlo, no hacía más que cortar cosas. ¡RIS! ¡RAS! ¡RIS! ¡RAS! Un día para demostrar lo fuerte que era su espada, taló un bosque entero, y sólo se detuvo porque le entró hambre. El oso vivía en un fortín, que había construido para resistir a cualquier posible enemigo.