A veces, conciliar el sueño se hace difícil para los más pequeños y contar ovejas no siempre es la mejor solución. Si no, que se lo digan al lobo de esta historia que sólo tiene cinco para conseguirlo. Humor, mucho humor, para descubrir que lo mejor a la hora de acostarse es tener cerca a la mamá de nuestros sueños.A veces, conciliar el sueño se hace difícil para los más pequeños y contar ovejas no siempre es la mejor solución. Si no, que se lo digan al lobo de esta historia que sólo tiene cinco para conseguirlo. Humor, mucho humor, para descubrir que lo mejor a la hora de acostarse es tener cerca a la mamá de nuestros sueños.
Cinco ovejitas
–¡Mamáaa...! ¡No puedo dormir! –se quejaba el lobo chico. –Cuenta ovejas, verás como te duermes –contestó mamá loba. El lobo chico se quedó pensando... –Sólo sé contar hasta cinco –dijo. Y empezó a contar... Una... Dos... Tres... Cuatro... Cinco... Pero claro... no se durmió. Cinco ovejas son muy pocas para dormirse. Y empezó de nuevo... Una... Dos... Tres... Cuatro... Cinco...