Las chicas somos guerreras
–Pues yo creo que lo tienen muy, pero que muy chungo –declaró Óscar de pronto.
Sus amigos lo miraron sin entender. Estaban todos concentrados en crear las fichas de sus nuevos personajes para una partida de rol, haciendo rodar los dados y consultando las tablas para seleccionar dotes y habilidades, y llevaban un buen rato sin hablar. Por eso la salida de Óscar los pilló desprevenidos. Sam y Jorge estaban acostumbrados a las ocurrencias de su amigo, pero los otros dos chicos de la habitación no lo conocían tanto.