Juan Farias, con un lenguaje directo y sencillo, pero al mismo tiempo poético, narra el descubrimiento del valor de las palabras. Todas ellas están ligadas a la vida cotidiana del protagonista. Los lectores podrán descubrir que el uso preciso de las palabras enriquece el pensamiento y la expresión, y que por tanto mejora la comunicación.
Juan Farias, con un lenguaje directo y sencillo, pero al mismo tiempo poético, narra el descubrimiento del valor de las palabras. Todas ellas están ligadas a la vida cotidiana del protagonista. Los lectores podrán descubrir que el uso preciso de las palabras enriquece el pensamiento y la expresión, y que por tanto mejora la comunicación.
Un cesto lleno de palabras
El abuelo de Pedro trabaja en una imprenta de las de antes.
Una tarde, mientras barría el almacén donde guarda las cosas que se usan poco, encontró un cesto lleno de palabras, lo llevó a casa y se lo dio a Pedro.
–¿Y esto para qué sirve? –preguntó Pedro.
–Bueno, son palabras –dijo el abuelo–, un montón de palabras.
Pedro metió las manos en el cesto y sintió el calor de unas palabras y el frío de otras.
La palabra «mamá» era cálida, la palabra «perro» movía la cola, la palabra «hielo» era azul...