En la continuación de Secuestrado (publicado en la misma colección con aportaciones muy interesantes en forma de notas explicativas y definiciones de numerosos términos), Stevenson desarrolla un argumento apasionante que aúna la aventura con intrigas políticas y la denuncia de la corrupción que aparejan. David, el protagonista, valiente, justiciero y enamorado, encarna los ideales de la fogosa juventud y seduce con la fuerza de su humanidad. A su altura, Catriona es un personaje de temple que da muestras de un arrojo digno de admiración en una muchacha de su tiempo. La extraordinaria prosa sumerge al lector en la gran literatura y produce el efecto más beneficioso: renueva las ganas de seguir leyendo.
En la continuación de Secuestrado (publicado en la misma colección con aportaciones muy interesantes en forma de notas explicativas y definiciones de numerosos términos), Stevenson desarrolla un argumento apasionante que aúna la aventura con intrigas políticas y la denuncia de la corrupción que aparejan. David, el protagonista, valiente, justiciero y enamorado, encarna los ideales de la fogosa juventud y seduce con la fuerza de su humanidad. A su altura, Catriona es un personaje de temple que da muestras de un arrojo digno de... Seguir leyendo
Catriona
El 25 de agosto de 1751, hacia las dos de la tarde, salía yo, David Balfour, de la British Linen Company, escoltado por un mozo que me llevaba una bolsa de dinero, mientras algunos de los jefes más encopetados de la casa salían a despedirme desde las puertas de sus despachos. Dos días antes, e incluso hasta ayer por la mañana, era yo una especie de pordiosero al borde de un camino, cubierto de harapos, contando mis últimos chelines; tenía por compañero a un condenado por traición y con mi propia cabeza puesta a precio por un crimen que había alborotado a todo el país. Y hoy se me daba por herencia una posición en la vida, era un terrateniente...