Este simpático álbum ilustrado muestra cómo una madre preocupada por alimentar a sus hijos al final es ayudada por una vecina. Una historia divertida, disparatada, en la que el alimento que la madre se niega a dar a sus hijos, los petitusos, resulta que son lo que más les gusta y además les sientan muy bien. Una historia con la que se podrán tratar temas como la familia y la alimentación. Los personajes protagonistas son unos animales humanizados no identificados, si bien su aspecto recuerda claramente al de las aves.
Este simpático álbum ilustrado muestra cómo una madre preocupada por alimentar a sus hijos al final es ayudada por una vecina. Una historia divertida, disparatada, en la que el alimento que la madre se niega a dar a sus hijos, los petitusos, resulta que son lo que más les gusta y además les sientan muy bien. Una historia con la que se podrán tratar temas como la familia y la alimentación. Los personajes protagonistas son unos animales humanizados no identificados, si bien su aspecto recuerda claramente al de las aves.
Petitusos
Aquella mañana mamá Pimpona no encontraba nada para dar de comer a sus cuatro pimponcitos. Escarbó en las dunas pero la arena se quejó:
–¡Busca en otra parte, Pimpona! Aquí solo ha tesoros de piratas, huellas de pies vagabundos y petitusos.
Mamá Pimpona obedeció: los tesoros de piratas serían indigestos, las huellas de pies quedarían en poca cosa y los petitusos... ¡eso sí que no! ¡Por nada del mundo daría petitusos a sus pimponcitos!
Mamá Pimpona fue a la playa y se sumergió en el mar, pero el agua se quejó...