Amor a la vida y otros relatos
Los dos hombres bajaron por la ribera del río, cojeando fatigosamente, y, en una ocasión, el que iba delante se tambaleó entre las escarpadas rocas. Estaban cansados y débiles, y sus rostros tenían la expresión paciente de quien ha sufrido muchas penalidades. Iban cargados con pesados fardos hechos con mantas, sujetos con correas a los hombros. Les cruzaban la frente otras correas que los ayudaban a soportar la carga. Los dos llevaban un rifle. Caminaban encorvados, con los hombros hacia delante, la cabeza más adelantada todavía, y la vista fija en el suelo.
–Ojalá tuviéramos al menos dos d’esos cartuchos que hay en el escondijo –dijo el segundo hombre...