Julieta Ranita
La vieja charca junto al jardín era un lugar de ensueño y quietud en el que habitaba, entre el frescor de los juncos, una ranita saltarina llamada Julieta. Tenía los ojos muy redondos, una gran sonrisa y un bonito y lustroso tono verde manzana. Y como todas ellas (las ranitas, no las manzanas), tenía un montón de hermanas y un sinfín de primas.